Bajo la influencia de Hipólito

Pilar Muñoz
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Francisco Chaves presenta hoy 'La Tragedia de Hipólito y Fedra', una adaptación de la obra del poeta griego que es un «homenaje' a la literatura clásica y también una 'ruptura' con ella

Francisco Chaves. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El poder de la escritura se adueñó de él con apenas diez años. Desde entonces además de devorar libros, ha cultivado su pasión por las letras. Francisco Chaves (Moral de Calatrava, 1947) presenta hoy, a las 20.30 horas, su último libro ‘La tragedia de Hipólito y Fedra’ en el Teatro de la Sensación, en el callejón de las Monjas de Ciudad  Real.

Cuenta que hace veinte años leyó El Hipólito de Eurípides y «me gustó muchísimo, pero pensé que le faltaba algo». Hace cinco años volvió a encontrarse con la obra, la releyó y «me dio la misma impresión». «Le faltaba algo». Así que empezó a documentarse y descubrió que «no era yo el único» que había tenido esa sensación». Además de comprobar que habían sido muchos los autores que habían quedado atrapados en la urdimbre del Hipólito de Eurípides, «descubrí ciertas cosas que me dieron la pista de lo que creía que debería haber en la obra del poeta griego.

«Ha habido múltiples versiones» y en España «se han hecho obras de teatro basada en la tragedia de Hipólito y Fedra» firmadas por Lope, Calderón, Sor Juana Inés de la Cruz, Unamuno y hasta Salvador Espriu. Francisco Chaves no se acobardó, todo lo contrario empezó a indagar, a recopilar documentación para su novela sobre la tragedia de Hipólito y Fedra tras desterrar la idea de una obra de teatro.  Vio que la idea cristalizaba en una novela, un género que le permite «hacer lo que me da la gana porque admite más cosas», confiesa sin rubor y un punto de emoción.

Chaves ya estaba bajo el influjo del Hipólito de Eurípides. Explica que ha construido una novela a semejanza de la época helenística con «miles de aventuras, historias, con una naturaleza desbocada», pero sobre todo, añade, «he intentado crear un personaje humano».

La Tragedia de Hipólito y Fedra es una adaptación novelística de lo que en la historia de la Literatura se conoce como motivo de Putifar (el eunuco del faraón), basada en los elementos míticos que Eurípides utilizó para escribir su segundo Hipólito. «Se trata de una crónica de las trampas que Fedra urdió para intentar seducir a su hijastro Hipólito, fruto de un anterior matrimonio de Teseo, su marido y rey de Atenas».

Esta tragedia está enmarcada  en esa tradición literaria del mito de Fedra, que transcurre desde la Grecia clásica hasta nuestros días, en los escenarios del teatro, la poesía, la novela, la biografía, el ensayo y la ópera. Y tiene, según el autor, unos rasgos y unos objetivos que la diferencian del resto de obras de diferentes géneros escritas con anterioridad sobre los personajes. «La desaparición del informador omnisciente, dejando el peso de la narración a los personajes de la trama, que dejan traslucir una sustancial vida interior. La incorporación de elementos descriptivos propios de la novela del periodo helenístico, como aventuras fantásticas y viajes entre los elementos desatados. La intervención de los dioses olímpicos en la trama, conscientes de su papel y de su naturaleza. Las motivaciones que Fedra tiene para su conducta, que trascienden con holgura la mera especulación voluptuosa. El intento de acercamiento al primer Hipólito de Eurípides, rechazado por el público ateniense y del que solo quedan unas docenas de versos, en el que, según los cronistas de la época, se mencionaban abiertamente los deseos amorosos y se ponía en duda la existencia del Olimpo».

La Tragedia de Hipólito y Fedra es un «homenaje» a la literatura clásica y una «ruptura» con ella, ya que conjuga los motivos  tradicionales con la innovación literaria.

 Francisco Chaves Guzmán hace una relectura del mito en su versión más conocida, la Fedra de Eurípides.

Chaves ha publicado una docena de libros (poesía, novela, ensayo, teatro ...). Es articulista y también aficionado al cine y a la fotografía habiendo participado en diversas exposiciones individuales y colectivas. También ha trabajado como actor en varias obras cinematográficas de los directores José Luis Margotón y Alvar Vielsa.

 En los ratos libres, cuando el trabajo le ha dejado tiempo, ha dedicado un espacio a  eso que «me ha divertido mucho y me ha enseñando tanto», concluye.