Ciudad Real depurará el agua residual de todos sus vecinos

Hilario L. Muñoz
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El próximo mes de agosto está previsto que entre en funcionamiento la depuradora de Las Casas, la última zona de la capital que vertía sus residuos al Guadiana sin recibir un tratamiento previo

Los tanques que componen la depuradora de Las Casas y que se sitúan a un kilómetro de núcleo urbano de la pedanía. - Foto: Rueda Villaverde

Ciudad Real capital tiene en pleno siglo XXI una zona que vierte sus aguas residuales al río Guadiana sin que hayan recibido un tratamiento previo. Se trata de la pedanía de Las Casas, el último espacio en el que no hay depuradora. A finales de 2019, la Confederación Hidrográfica del Guadiana anunció al Ayuntamiento que iba a revocar el permiso para hacer ese vertido, que se realizaba en un filtro verde, y, desde ese momento, comenzó un proyecto para depurar el agua. La obra concluirá el próximo mes de agosto, con la instalación de un novedoso sistema de depuración, basado en la economía circular.

«La depuradora es una reivindicación histórica de Las Casas y debería haberse realizado hace años», explicó el alcalde pedáneo, Alberto Santos, quien remarcó la importancia de «cuidar el entorno». «Esta obra de infraestructura es esencial», expuso, por su parte, la concejala delegada de Infraestructuras, Pilar Zamora, quien explicó que «probablemente el mes que viene estará finalizada la obra». Zamora recordó que la pasada legislatura se hizo la depuradora de Valverde y con esta obra se logra que ambas pedanías, «que son Ciudad Real, tengan todos los servicios que deben tener».

La obra se está realizando en el noreste de la pedanía, a un kilómetro del núcleo urbano, donde también se ubica el colector. Tiene un presupuesto de 229.000 euros, con un plazo de ejecución de dos meses y medio. «Los habitantes de Las Casas son medio millar aproximadamente», 750 en momentos concretos, pero «con una pequeña obra se puede ampliar la capacidad de esta depuradora hasta los 1.000 habitantes». En concreto, se pueden depurar 200 litros de aguas residuales por habitante y día.

«El agua llega con sus residuos a la depuradora y lo que sale es un agua con dos vertientes: una limpia que puede ir al Guadiana y unos residuos que son perfectamente reutilizables para nuevos usos como la agricultura», señaló el edil de Mantenimiento, Casimiro Pastor. Se trata de un sistema novedoso, que implica que los lodos sobrantes puedan dedicarse a la agricultura, por ejemplo. Para ello la depuradora cuenta con varias zonas. La primera elimina los residuos sólidos del agua y después se inicia la depuración mediante bacterias, primero en una cámara sin oxígeno, y luego en otra cámara en la que se terminan de eliminar los componentes orgánicos. Por último, mediante decantación se depositan los barros finales del agua, que son los que podrán sacar para ser reutilizados. El sistema cuenta con varias zonas para medir y hacer controles de calidad antes del vertido en el Guadiana.