El Postismo del Bar Soria

Beatriz Palancar
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Guadalajara fue escenario de un movimiento artístico de vanguardia en el año 1952 gracias a la actividad de un grupo de pensadores y creadores que durante cuatro meses se reunieron en la tertulia de 'Vino y Pan'

Óleo de José Luis Aguado en el que aparecen algunos tertulianos de Vino y Pan. - Foto: Javier Pozo

El Postismo, según la definición de la Real Academia de la Lengua, es un movimiento artístico y literario surgido en España a mediados del siglo XX que prolonga algunos aspectos de las vanguardias. Pues bien, la ciudad de Guadalajara tuvo su propia expresión con la actividad que promovió la tertulia literaria Vino y Pan en el Bar Soria de enero a abril de 1952.

Esto que es un descubrimiento para muchos, sin duda, tiene su base documental en el trabajo que ha aportado la filóloga, poeta e investigadora Mamen Solanas al proyecto Recuperación de Prácticas Pioneras del Arte de Acción de la Vanguardia Histórica Española y su contribución a la Historia de la Performance Europea de la Universidad Politécnica de Valencia, dirigido por el profesor Antonio Molina Alarcón. En este, aún pendiente de publicación, se presentan experiencias de vanguardias en toda España, incluída Guadalajara ciudad.

A Mamen le aportan dos documentos, un artículo de prensa sobre la historia del Bar Soria en el que se habla de una exposición de arte abstracto que se celebró en este local en el año 52 y que tuvo como elemento representativo ‘El entierro de Velázquez’, lo que hoy sería una performance. Miembros del grupo literario Vino y Pan mostraron a la ciudadanía públicamente su interés artístico por romper con lo establecido. A esto se le considera un acto precursor del Happening, que es otro movimiento artístico de los años 60 que parte de una experiencia o de una secuencia de provocación-participación-improvisación. Y el segundo elemento que recibe Mamen Solanas de Valencia es un nombre, José Antonio Suárez de Puga, vinculado a la celebración de un recital llamado Versos a Medianoche en ese 1952.

Mamen Solanas, frente a las ruinas del Bar Soria de Guadalajara.Mamen Solanas, frente a las ruinas del Bar Soria de Guadalajara. - Foto: Javier PozoA partir de estos dos elementos, Mamen Solanas, gracias al trabajo de investigación de un año, ha reconstruido la historia del Postismo en Guadalajara: «Había una motivación especial porque soy de Guadalajara y mi doctorado era sobre las vanguardias europeas. El Postismo es la vanguardia española de postguerra. Tenemos un contexto de Dictadura que invita a lo que pide la vanguardia, romper con la conformidad. Lo más vinculado al Happening es un entierro de Velázquez que se realiza dentro del contexto de una exposición», señala la investigadora Mamen Solanas, que se ha documentado en centros como los Archivos Municipal y Provincial o la Biblioteca Provincial.

En los años 50, en Guadalajara, existían varias tertulias literarias. Las más relevantes para el Postismo fueron las ubicadas en La Carrera, la de la Casa de Pepita Antón y la del Bar Soria. Todas estaban relacionadas. La primera pertenecía a jóvenes intelectuales, que hasta publican La voz del Novel, y que se disuelve para integrarse en Vino y Pan del Bar Soria. Igualmente, muchos de sus miembros también acudían a la casa de Pepita Antón.

«Por las tertulias, circularon poemas y dibujos que era algo muy unido al Postismo», explica Mamen Solanas, de ahí que comience la publicación en 1951 de la revista Doña Endrina y, posteriormente al final de Vino y Pan, de Trilce.

reuniones de amigos. La propietaria del Bar Soria solicitó un permiso para la celebración de reuniones de amigos para divertimento y juegos de mesa. Para Mamen Solanas, hay dos personas determinantes para que se cree la tertulia de Vino y Pan. Son el periodista José de Juan-García, y el pintor Antonio Fernández Molina, al que considera la figura vanguardista. A ellos, se añaden Antonio Leyva, José Luis Aguado, José Antonio Suárez de Puga y José Matialay.

Pero en los cuatro meses de vida de esta tertulia, contó con la presencia de otras personas vinculadas con las vanguardias como Ángel Crespo, del mundo del periodismo como García Perdices o Luis Monje; además de dos mujeres, Carmen Ibarra y María Luisa Madrilley. Asimismo, hay que destacar que los miembros de la tertulia tenían vinculación con el instituto Brianda de Mendoza, por lo que no extraña que acuda Miguel Lezcano y más estudiantes o profesores.

La principal motivación de los integrantes de las tertulias era conocer el arte existente para inspirarse y realizar nuevas creaciones. Para ello, leían a los autores de la Generación del 27, prohibidos por la censura; decidieron poner en marcha el primer Cineclub de la ciudad que tuvo el nombre de Estudio y que se estrenó con la película Éxtasis, poco apropiada para la época; además de impulsar el recital de poesías llamado Versos a medianoche en el que participaron poetas de la ciudad e invitados. La última propuesta de Vino y Pan fue una exposición de dibujos, vanguardistas todos ellos, en la que incluyeron un elemento rompedor, un catafalco que representaba la tumba de Velázquez como representante del arte académico. La idea de procesionar con el mismo por el centro de Guadalajara, en abril de 1952, supuso el fin de las tertulias y la materialización de un movimiento del Postismo en la ciudad desconocido hoy por muchos.

La Biblioteca Provincial acogió en octubre una exposición en la que se daba a conocer la presencia de este movimiento artístico en Guadalajara y está previsto que el instituto Brianda de Mendoza acoja otra, de similares características, en el mes de abril; pero Mamen Solanas considera que este hecho bien merece una publicación en forma de libro, que pudiera patrocinar la Diputación o el Ayuntamiento, por lo que supone para situar a Guadalajara dentro de un movimiento de arte vanguardista.