El Caserío Ciudad Real regresa este sábado (18.30 horas) al Quijote Arena para recibir al Benalmádena en su defensa del liderato del Grupo F de Primera Estatal y tras cosechar una inesperada derrota en la pista del Pozoblanco. «Un resultado que nos debe servir de toque de atención», admitió el técnico, Santi Urdiales, que destaca el estado físico de sus jugadores y que considera que recuperar el nivel defensivo será clave para esta segunda fase de la competición.

La buena noticia es que la enfermería ha quedado vacía tras unos meses donde varios jugadores han permanecido en el dique seco. Uno de ellos es Julián López Mon, que ya jugó ante el Pozoblanco.

El argentino admitió que «ya tenía muchas ganas de volver. Hemos trabajado duro para ponernos a la par que los compañeros y lo bueno para el equipo es que había una plantilla larga. Con todos ya recuperados los entrenamientos están siendo de mucha calidad y eso nos permite mejorar a cada uno. Hay una competencia sana y entre todos nos llevamos muy bien», afirmó, explicando que para el choque con el Benalmádena intentaremos «imponer nuestro ritmo».

Santi Urdiales admitió que ante Pozoblanco “acusamos que llevábamos mucho tiempo sin competir y si no haces las cosas bien cualquier equipo en esta categoría te puede ganar. Está claro que hay muchas cosas por mejorar y necesitamos coger ritmo”.

En este sentido, Y a pesar de que el equipo continúa como líder del Grupo F, confesó que “no miramos la clasificación. Sabemos que si al final queremos estar arriba hay que mejorar mucho”, insistió. “La temporada va a ser una carrera de resistencia y queda una segunda vuelta que se va a hacer muy larga. Físicamente eel equipo está espectacular gracias al trabajo de Javier Ortiz, pero nos falta coger ese ritmo competitivo”.

Sobre el rival, el Benalmádena, el santanderino resaltó el peligro del máximo goleador del grupo, Carlos Castillo, y lo calificó como “un equipo alegre que nos va a exigir. Sin embargo, yo prefiero centrarme en mi equipo y en lo que podemos mejorar”.