«El que se ha podido mantener con créditos y demás no tiene más remedio que seguir». De esta manera tan tajante expone el presidente de la Asociación Intersectorial de Autónomos, Miguel Ángel Rivero, la situación en la que se encuentra el sector de los trabajadores por cuenta propia de la provincia de Ciudad Real. Los datos recogidos de la Seguridad Social señalan que 15 meses después de iniciarse la pandemia apenas hay cambios en el porcentaje de autónomos respecto al de asalariados. Ni siquiera se ha reducido el porcentaje de personas dedicadas al comercio, el motor de la actividad de los autónomos en la provincia, a pesar de que los carteles de ‘Se alquila’ o ‘Se vende’ se multiplican.
Para hacer una idea del impacto de la pandemia en créditos, la provincia de Ciudad Real ha pedido hasta el 31 de mayo préstamos ICO por importe de 1.034,7 millones de euros. Se trata de préstamos solicitados para garantizar la financiación concedida a autónomos y empresas españolas que estén afectados por los efectos económicos de la COVID-19. En total hay 7.504 empresas que han solicitado estos créditos en la provincia de Ciudad Real, con 12.573 operaciones aprobadas, algunas, a empresas que se han acogido más de una vez.
Mientras, en la provincia de Ciudad Real había 26.945 autónomos en marzo de 2020, el 33,9 por ciento de las personas dadas de alta en la Seguridad Social en ese momento. En mayo de este año, hay una cifra similar de personas dadas de alta por cuenta propia, 27.072, y se mantiene su relación con los asalariados, 33,9 por ciento. La misma situación se produce si se acude al comercio, con 9.124 autónomos en este sector justo antes de la crisis del coronavirus, y 9.172 en los datos del último mes. El dato implica un 25,7 por ciento y un 25,6 por ciento respectivamente, respecto al total de autónomos.
La crisis, por lo tanto, no ha reducido el número de personas que están dadas de altas como autónomos. Los ERTE se han concedido sin gasto para la empresa, siempre que mantenga el empleo y los ICO se otorgan con la condición de que mantengan la empresa, recordó Rivero. Esto ha hecho que haya negocios que «aguanten», aunque no haya beneficio y los ingresos de sus empresas «vayan a pagar las nóminas, el alquiler y los impuestos». El problema, advierte Rivero, vendrá cuando haya que devolver los préstamos, aún la mayoría de negocios se encuentra en la moratoria dada, esperando que llegue ese momento de mejora económica y vuelta a la normalidad.
Con toda esta situación el presidente de los autónomos apunta que no quiere ser pesimista y lanza un mensaje optimista: «Vamos a salir». Para ello reclama más ayudas por parte del Estado, Junta y Diputación para los autónomos. Recuerda que en España hay «muchos que no se habían recuperado aún de la crisis de 2008», que esa vuelta a la normalidad «siempre llega más tarde a la pyme» y el temor es que «como se ha hecho en otras ocasiones, el que aguanta» lo haga solo como una «huida adelante».