Ingenio y diversión, en 'El Perro del Hortelano'

EFE
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'El Perro del Hortelano' es, en versión del director teatral Paco Mir, una obra indudablemente hecha para el humor, la comedia y el enredo, que embruja al espectador

Ingenio y diversión, en 'El Perro del Hortelano' - Foto: Festival de Almagro

El público del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro está disfrutando este fin de semana de El Perro del Hortelano', en versión del director teatral Paco Mir. Una obra indudablemente hecha para el humor, la comedia y el enredo, que embruja al espectador y lo introduce en una atmósfera divertida en el Corral de Comedias de Almagro, lugar elegido para su estreno en esta 44 Edición del Festival Internacional de Teatro Clásico.

La dramaturgia trasciende y llena el patio de comedias de un eco de carcajadas, en una pieza que habla del teatro dentro del teatro en sí mismo, sobre dos argumentos que acontecen simultáneamente y que atrapan al público.

Dos historias independientes encuentran en este “Perro del Hortelano” un punto de unión que las fusiona para hablar, por un lado, de la trama de dos técnicos de una compañía teatral que se enfrentan a las adversidades de los espectáculos móviles y tratan de sacar adelante la misma representación que acontece sobre la segunda trama, la propia obra de Lope de Vega, que escenificarán pese a las carencias de recursos sobre vestuario, actores y decorado.

Es en este espectáculo donde nos encontramos a un reconocido Teodoro, encarnado por Moncho Sánchez, elegante y lleno de semblante, con un toque jugoso y chistoso que se debate entre la decisión de dos amores, el de la Condesa Diana (representada por Amparo Marín), un personaje orgulloso, firme y severo en una lucha constante entre su condición de nobleza y la entrega a las desdichas del amor y los celos por su secretario, y, por otro lado, Marcela, criada de Diana, que representa la inocencia y la pérdida de la cordura cuando el amor se vuelve protagonista de su ser.

No falta en esta historia la presencia de Tristán, fiel compañero de Teodoro que complementa la trama con un toque burlón y desenfadado, junto a otros personajes que atienden a una trama donde no falta la disputa y la diversión.

Según avanza la obra, el espectador viaja entre dos realidades paralelas que lo hacen formar parte de una atmósfera jocosa, a la vez que cautivadora, en una actuación donde únicamente cuatro actores encarnan a diferentes personajes que guían al público en un recorrido entre estas dos tramas, obligándolo a involucrarse completamente dentro del espectáculo.

Paco Mir ha buscado en esta versión un lugar para el “homenaje al teatro amateur” sobre una escenografía dirigida por él mismo y que desde la sencillez abarca dieciocho decorados, que conforman el hilo cronológico de una representación que, a su juicio, es “muy imaginativa, muy ingeniosa” y cuyo vestuario, a cargo de Mai Canto, persigue la línea de la naturalidad que caracteriza al espectáculo.

Moncho Sánchez-Diezma, Paqui Montoya, Manuel Monteagudo y Amparo Marín encarnan a los doce personajes de la obra sobre un texto sencillo, flexible y agradable, que colma de los aplausos de un público muy satisfecho un patio de comedias que es cuna histórica de las representaciones clásicas