La edil de Sostenibilidad, Mariana Boadella, afirmó que la actividad de la casa rural de La Atalaya, donde todo apunta a que se inició el incendio el pasado domingo, se podría clausurar de forma temporal si se determina finalmente que el establecimiento ha superado en más de siete decibelios los niveles de ruido estipulado en las viviendas colindantes, además de haber sido reincidente. «Todo indica que se superaron los niveles al interior de las viviendas con las ventanas cerradas», dijo la edil tras concretar que actualmente el inmueble tiene en tramitación un acta por infracción por ruido correspondiente a hace aproximadamente un mes, y otra que se impuso este fin de semana y que se tramitará próximamente. No obstante, Boadella indicó que el proceso es «garantista» también para el propietario, por lo que será en ese procedimiento cuando se resuelva si procede o no la clausura temporal de la actividad.

Boadella indicó que desde 2016 no tenían actas en Medio Ambiente con las correspondientes mediciones de ruido, si bien agregó que sí hay más actas por molestias a los vecinos, que también se tramitan, aunque «con trámites diferentes», del mismo modo que reconoció que los vecinos llevan «años quejándose» y es «un problema recurrente». «Hay que darle solución a este tema, aunque no es algo fácil», concluyó.