Honorato del Hierro deja su poso en la 'Serie Tauromaquia'

Diego Farto
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El pintor ciudadrealeño ha expuesto varias obras de diversas técnicas centradas en animales como toros y caballos en las instalaciones del Restaurante España

Honorato del Hierro, junto a su muestra - Foto: Tomás Fernández de Moya

El artista ciudadrealeño Honorato del Hierro ha expuesto la Serie Tauromaquia en el restaurante España, donde ha dado a conocer hasta hoy lunes una serie de cuadros en los que los protagonistas son los animales, toros y caballos esencialmente, aunque también hay algunas piezas en las que se muestran jabalíes y venados y un retrato, del rejoneador Hermoso de Mendoza.

El artista reconoce que en ocasiones pinta desde la imaginación y el recuerdo, con el conocimiento que tiene de los animales, aunque «cuando el formato es muy grande tengo que recurrir a una fotografía, que siempre las hago yo, porque he visto la perspectiva y la luz de la composición que creo necesaria».

Paradójicamente, a pesar de que el título de la exposición hacía referencia a la tauromaquia, sólo una de las obras era una escena taurina en sí misma, puesto que la gran mayoría son rostros de animales o situados en medio de la naturaleza. En este sentido, Del Hierro define sus obras como poseedoras de un carácter «animalista».

Del Hierro precisó que la figura animal «me transmite mucha serenidad», pues entiende que «al igual que en el retrato humano hay que sacar la esencia de la persona, en los cuadros de animales trato de reflejar la personalidad de cada animal».

En esta línea llega a la conclusión de que «la pintura, para lo que sirve es para transmitir algunas sensaciones al que está mirando y eso es lo que trato de hacer cuando pinto, que la gente tenga ganas de acercarse al cuadro y que piense que le está transmitiendo algo». Y si no se llega a ese encuentro de sensaciones cree que «no tiene sentido pintar, si el cuadro no te llama es que no te ha transmitido nada».

El artista trabaja con una gran variedad de técnicas, desde los lápices de colores hasta el carboncillo y la acuarela, pasando por otras menos habituales como la sanguina y el dibujo con bolígrafo.