La empresa adjudicataria de las obras en la CM-420, en el tramo comprendido entre Daimiel y Puerto Lápice, ha iniciado ya la construcción de la tercera y última rotonda para mejorar la seguridad vial de una carretera que soporta una alta intensidad de tráfico diario, ya que es la vía de acceso a Madrid desde la capital ciudadrealeña. Un proyecto de la Consejería de Fomento de Castilla-La Mancha que salió a licitación con un presupuesto de más de 1,5 millones de euros. La primera de las tres rotondas proyectadas se levantó en el punto kilométrico 19,600, donde se hallaba una intersección de la CM-420 con la carretera provincial CR-4126, que une Villarrubia de los Ojos y Villarta de San Juan, y con un camino agrícola que sirve de acceso, entre otros destinos, a una gran parcela de plantas solares. La segunda rotonda en construcción fue la ubicada en el punto kilométrico 17,700. Hasta ahora el tráfico se regulaba en esa zona con una intersección de tipo ‘T’ sin carril de giro y refugio en el sentido de incorporación a la CM-420, en dirección sur desde Arenas. Y la tercera y última rotonda, cuyos trabajos se iniciaron hace tan solo unos días (imagen), se sitúa en el punto kilométrico 8,600, en la intersección de la CM-420 con las carreteras provinciales CR-2012 y CR-2031, en dirección a Villarrubia de los Ojos y Manzanares, respectivamente, justo en el enclave en el que se encuentra un famoso puesto ambulante de melones. Presentaba, hasta la fecha, una tipología de cruce en ‘X’ sin carriles de refugio y giro a la izquierda. En relación a este proyecto, la Consejería de Fomento ha sometido a información pública una serie de modificaciones en materia de expropiación forzosa y reordenación de accesos incluidas en el proyecto inicial de las obras de seguridad vial en la CM-420. En concreto, el departamento que dirige Agustina García Élez ha introducido una ampliación de las expropiaciones  que resultan necesarias para la ejecución de una vía de servicio a conectar con la glorieta proyectada en el punto kilométrico 17,700, la primera de las tres que se comenzó a construir. Las superficies adicionales a expropiar están delimitadas por una línea situada a un metro de distancia, medido en horizontal al eje de la carretera, desde la arista exterior de la explanación del camino de servicio. La otra modificación tiene como objetivo reducir el número de accesos directos a la carretera a costa de canalizar y concentrar el acceso a las fincas particulares a través de los caminos públicos municipales.