Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


El giro de Arrimadas

06/12/2021

Hasta ahora, siempre que se le insinuaba a la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, la posibilidad de algún tipo de acuerdo para concurrir junto al PP en listas electorales conjuntas su respuesta era negativa y subrayaba la diferencia entre ambos proyectos. Hasta ahora, porque la propia Arrimadas acaba de abrir la posibilidad de que la coalición se concrete en las próximas elecciones autonómicas andaluzas, que se celebrarán probablemente en el mes de junio.  

La propuesta de Arrimadas es una maniobra de supervivencia a la desesperada porque todo apunta a que Ciudadanos obtendrá una rácana representación parlamentaria, que dejará de ser el partido necesario para garantizar la gobernabilidad del PP y que será sustituido por Vox, que ya ha manifestado su intención de entrar en el Gobierno andaluz si con sus votos Juan Manuel Moreno Bonilla suma la mayoría absoluta. La iniciativa es sin duda bien intencionada, para cerrar el paso a la extrema derecha, aunque Vox ha venido apoyando al gobierno andaluz hasta el episodio de la conversación filtrada sobre los presupuestos del vicepresidente andaluz, Juan Marín.  Pero también es la constatación de que Ciudadanos ya es consciente de, que su aportación a la 'nueva política' va camino de disolverse, que se acerca a la desaparición por consunción, como ocurrió en las autonómicas madrileñas. La oferta no es nueva, porque la coalición entre el PP y Cs ya se fraguó en las elecciones vascas, pero se saldó con un resultado muy mediocre, aunque las circunstancias andaluzas sean bien distintas.  

A lo largo de los últimos meses el PP ha trabajado para descapitalizar al partido naranja y ahora su presidenta se lo ofrece en bandeja en una de las autonomías donde acumuló más poder. Falta conocer si, después de las ofertas realizadas desde Génova para su absorción, la dirección popular recogerá la mano tendida por Arrimadas, cuando prácticamente todo su electorado ha girado la vista al PP –además del declive de Ciudadanos en todas partes, en un gobierno de coalición el socio grande se come al chico- y las pérdidas por la izquierda son mínimas. En ese sentido el PP no tendría ninguna necesidad de pagar precio alguno a Ciudadanos porque, ni juntos ni por separado, ambos partidos están en condiciones de evitar que Vox se convierta en el árbitro del gobierno andaluz, según las últimas encuestas, aunque es preciso esperar a que se concrete la operación y cómo es recibida por la ciudadanía esa apuesta por la moderación, que se acabaría con una entrada de Vox en el ejecutivo andaluz.   

Arrimadas, en esta primera apertura a una coalición electoral, solo se ha circunscrito a las elecciones andaluzas, pero el PP si podría estar interesado en que esta unidad electoral se trasladara a otros territorios, a otras provincias en las que la concurrencia de tres partidos de la derecha afecta a sus posibilidades de obtener más diputados dada la importancia de los restos, y en las que los votos de Ciudadanos quedarían sin representación.    

Las elecciones andaluzas darán el pistoletazo de salida al nuevo ciclo electoral y Andalucía se puede convertir en un laboratorio en el que experimentar nuevas fórmulas políticas.