Antes de una residencia y antes de vivir los últimos años en soledad existe un recurso pensado para aquellas personas mayores que busquen compañía y apoyo en su día a día. Se trata de las viviendas de mayores, quizás el recurso menos conocido para la tercera edad, y que posibilita a aquellos que tienen un alto grado de autonomía puedan seguir haciendo su vida. Existen 35 de estos espacios en la provincia con 360 plazas en total, diez en cada una salvo en Torrenueva, que hay 20, y que cuentan con una ocupación aproximada del 80 por ciento. Se trata de un recurso municipal, en el que el ingreso se realiza tras ponerse en contacto con el trabajador social, aunque cuenta con un apoyo de la Junta de Comunidades que otorga una subvención de hasta 28.000 euros, en función de las personas que la habitan. El resto de la financiación corre a cargo del ayuntamiento y de la propia persona, que abona el 75 por ciento de su pensión.

En estas viviendas se sigue un día a día en el que el personal ofrece comidas y los residentes tienen una mayor libertad en su día a día, con actividades fuera de la vivienda o con iniciativas que se pueden desarrollar en los espacios comunes. Hay algunas en las que puede haber un mayor acompañamiento al mayor o que se quedan, incluso, a dormir el personal con las personas mayores. «La intención es pasar mucho tiempo de su vida en la vivienda», dijo la directora provincial de Bienestar Social, Prado Zúñiga. De hecho, las viviendas están pensadas y concebidas para atender a personas autónomas, aunque lo más seguro es que evolucionen, en un futuro, hacia personas con cierto grado de dependencia. Por ejemplo, lo normal es que sean personas que ya no cocinan o que necesitan apoyo para evitar la soledad, aspectos que se comentan a los trabajadores sociales del municipio paar entrar. Puede incluso haber personas con algún problema de vivienda. «Este recursos lo solicita el mayor en el Ayuntamiento y es muy propio para cuando hay conocimiento de algún caso social que están más aislado, las personas suelen acudir a estos recursos», dijo Zúñiga, quien recordó que solo hay una de estas viviendas propiedad de una empresa, que no sea municipal.

Pese a ese 80 por ciento de ocupación hay viviendas con más y menos usuarios, con lista de espera o con muchas habitaciones vacías ya que los usuarios habitan en ellas hasta que un cambio en sus vidas les lleva a necesitar los cuidados de una residencia.

Las viviendas de mayores de la provincia, ocupadas al 80% - Foto: Rueda VillaverdeÚltima abierta. La última de estas viviendas es La Ballesta de Ballesteros de Calatrava, con diez habitaciones y nueve usuarios y que lleva tres legislaturas de trabajo político para lograr su apertura, hace apenas tres meses. Se ubica en el antiguo vivero de empresas e implica el reaprovechamiento de unas instalaciones infrautilizadas. «Esta vivienda crea empleo porque hay tres personas trabajando pero además logramos que la gente del pueblo se quede aquí porque es muy triste que una persona mayor en invierno, a las 18 horas, cierre su puerta y hasta el día siguiente no salga, eso es eterno», dijo el alcalde del municipio, Juan Carlos Moraleda, con el recuerdo de que a las nueve personas actuales, ya hay dos más que han pedido la posibilidad de ingresar en el recurso municipal.

Además de en la provincia hay otras 9 viviendas en Albacete, 61 en Cuenca, 34 en Guadalajara y 15 en Toledo.  En la legislatura pasada se abrieron catorce de estos recursos en toda Castilla-La Mancha lo que muestra la importancia que tiene esta red asistencial. De hecho hay conversaciones para abrir algún hogar más en la provincia, como, por ejemplo, en El Torno, donde se han iniciado las conversaciones, dijo la directora provincial. 

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