Marsillach ocupa su espacio en Almagro

M. Sierra
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La vicepresidenta, Carmen Calvo, descubrió la placa que recuerda la labor de un hombre que no dudó en crear la Compañía Nacional de Teatro Clásico

Marsillach ocupa su espacio en Almagro

El Festival de Teatro Clásico de Almagro, en parte, es hoy lo que es porque un grupo de grandes de la escena creyó en él. 

Dentro de ese grupo compuesto por José Luis Alonso, Miguel Narros o Manuel Canseco, otro hombre clave que hizo del teatro su pasión fue Adolfo Marsillach (1928-2002), al que se le debe, entre otras cosas, la propia Compañía Nacional de Teatro Clásico, creada en 1986, que no existiría si un día no hubiera creído en el potencial de una pequeña muestra que nació en el corazón de la Mancha a la sombra del único Corral de Comedias que quedaba en pie en este país, como sus otros compañeros de viaje. 

Marsillach ocupa su espacio en AlmagroMarsillach ocupa su espacio en AlmagroPor eso y por todo lo que hizo por demostrar la valía de los clásicos y la necesidad de recuperarlos, Almagro, el Festival y la Compañía que creó le rindieron ayer un homenaje particular, bautizando con su nombre el escenario que se ha convertido en la segunda casa de la CNTC en la villa encajera, el Hospital de San Juan, como recoge la placa que desde ayer se instala en la puerta que cada año recibe a los espectadores que buscan un viaje al Siglo de Oro apostando por la institución que los defiende y ante la mirada de sus hijas, Blanca y Cristina, y su viuda Mercedes Lezcano.

Marsillach ocupa su espacio en Almagro
Marsillach ocupa su espacio en Almagro
No muy lejos ésta de otra placa que  desde hace años rinde homenaje a otro grande de la casa, el escenógrafo Carlos Cytrynowski (1939-1995), compañero de fatigas de Marsillach.