«El botellón es injusto y muy desleal para el hostelero»

Manuela Lillo
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Entrevista a José Crespo, presidente de la Asociación Provincial de Hostelería.

«El botellón es injusto y muy desleal para el hostelero»

Ha afirmado esta semana que el sector hostelero sigue sufriendo ciertos condicionantes que le impiden crecer al ritmo que les gustaría, ¿cuáles son esos factores?

Lo que ha notado nuestra asociación es que, aunque habrá sectores que vayan mejor, en nuestro caso el gasto unipersonal, el tique medio, no percibimos que esté subiendo. Es verdad que este gremio está creciendo mucho, afortunadamente para el sector y para el servicio que representamos, y eso hace hay que aceptarlo y la tarta hay que repartirla ahora entre todos los comensales que estamos. Y no es menos cierto que tendemos a modernizarnos y a mejorar los servicios y eso conlleva un aumento de los costes. De este modo, aunque en las ventas estamos creciendo muy despacio, en la cuenta de resultados no pasa lo mismo, ya que el coste para la producción es mayor, entre otras cosas, por otro condicionante bastante difícil de paliar como el control horario. En este gremio es difícil saber cuándo se termina el trabajo y depende incluso de épocas, por lo que está siendo un poco complicado adaptarnos aunque sabemos que finalmente tendremos que conseguirlo.

¿Qué le parece que el Ayuntamiento de Ciudad Real quiera tomar medidas para eliminar progresivamente el botellón?

Medidas en promesas ya ha tomado, ahora a ver si las promesas las cumple. El botellón está muy fuera del tono que se está desarrollando en el resto de provincias. El hostelero no se va a negar a que haya una fiesta popular como la Pandorga, aunque también hay que cuidar la imagen, y en cuanto al botellón, vemos que las provincias del entorno, que precisamente fueron los grandes iniciadores del botellón, ya lo han prohibido. Sin ir más lejos, Albacete tenía dos días de su Feria que permitía el botellón y este año ya no se va a permitir ningún día. Creemos que es injusto, muy desleal para el hostelero como negocio, es nocivo para la imagen de una ciudad y, por supuesto, no es saludable porque no hay control de menores, se bebe en exceso porque con eso de que es más barato, pueden beber más y no creo que los jóvenes deban beber mucho más, cuando se puedan permitir tomar dos copas, máximo de tres, en una discoteca, que es lo que hacíamos nosotros.

¿Cuál es la solución al botellón?

Suspenderlo, totalmente. Y pasar a fiestas populares, pero con otro argumento de no solo el botellón. Me parece bien desarrollar el concurso de zurra, para eso cultivamos tanta uva y tanto vino, pero el botellón como tal hay que suspenderlo y desde luego, mucho menos ayudarle, con dispositivos de higiene... Es verdad que si está, debe tener higiene, pero es que ahora mismo se provoca el botellón. Creo que hay que cortarlo, no ya en Ciudad Real, sino en toda la provincia, como lo están haciendo en el resto de sitios que nos colindan.

También supone molestias a los vecinos...

Hay muchas veces que se nos acusa de provocar ruidos a los vecinos y a veces la fuente no somos los bares sino los propios clientes que vienen del botellón, que son los que hacen mucho ruido en la calle. Esto se puede comprobar, no es una acusación falsa. El local, si está acústicamente bien preparado, no emite ruidos más allá de lo que pueda permitir la ley, pero sí cuando hay una calle llena de gente que viene del botellón, incluso aún con su botella en la mano. Esto no se puede consentir, primero por imagen y segundo porque está salpicando a un mundo empresarial que no lo está pasando bien, y si no nos ayuda, igual vamos a ir peor.

Sin embargo, lo que parece es que ustedes quieren que se suprima el botellón para que los jóvenes no beban en la calle y sí en sus locales y eso también se les critica cuando argumentan lo perjudicial que es el alcohol para los jóvenes.

Es que los bares están para eso, nadie se pone a hacer muebles en la calle. ¿Se imagina que un artesano coge una sierra y se pone a hacer una silla en la puerta de su casa y enfrente hay un carpintero con su taller habilitado para ello? Todo tiene un proceso que cuesta dinero, por ello, tenemos que cobrar más dinero que lo que vale el propio producto. Pero es que no se puede beber alcohol en la calle, ¿y por qué lo permite un ayuntamiento? ¿Alguien sabe lo que puede ocurrir ahí si algún día pasa algo raro? El Ayuntamiento sería el responsable de eso si ocurre algo. Se está saltando su propia prohibición y esto no lo entiende nadie.

Ha dicho que el sector no lo está pasando bien ¿Cómo están a día de hoy los hosteleros de Ciudad Real?

El sector, sin estar en una situación crítica, no pasa por una situación boyante como parecer ser que hay otros sectores que sí lo están.

¿Cómo afectó la crisis al sector? Por un lado cerraron negocios de toda la vida, pero también la hostelería fue un refugio laboral para quienes se habían quedado en el paro en otras actividades, ¿no?

Efectivamente. También crecimos por la gente que no pertenecía al mismo, que se introdujo en el sector y, por tanto, somos más. Lo que motivó el cierre de sitios y la bajada de ingresos de la mayoría de hosteleros fue la falta de clientes. La familia dejó de tener confianza en los ingresos y redujo el gasto y también ciertas actividades se vinieron abajo y esas eran nuestra fuente de clientes máxima. No obstante, somos muy necesarios, la hostelería crea uno de cada cinco puestos de trabajo, pero hay que tener en cuenta que las familias, empresas y los usuarios en general nos ‘utilizan’ cuando tienen cubiertas sus necesidades básicas.

Sobre el control horario. El sector ha señalado la dificultad de cumplirlo, pero eso les ha valido críticas por no controlar las horas extra o no querer pagarlas, ¿está de acuerdo?

Yo creo que se abonan las horas extra razonablemente bien y que no son tantas las que se hacen. Es posible que se haya hecho un uso indebido quizás de los turnos de trabajo, pero ahora se presenta el problema de que no se puede programar una hora de cierre fija puesto que a nadie le gusta que le levanten de una mesa. Nuestro cliente no está acostumbrado a eso. Yo he viajado este año a Bruselas y allí si se cierra a las 9, media hora antes te dicen que van a cerrar y decides si pedir algo o no. Ese no es el ADN de nuestro uso y disfrute de la hostelería y no es fácil servir de policía con tu propio cliente. También hay más impedimentos y creo que tenemos demasiada burocracia. Hay que tener en cuenta que hay empresas tan pequeñitas para las que llevar tantos controles como se nos exigen, que no digo que no sean necesarios, no es fácil.

¿Por qué cree que no se han tenido en cuenta las peculiaridades de cada sector?

La ley es la misma para un hotel Meliá de 900 habitaciones que igual tiene 350 o 500 personas en plantilla, que tienen responsables por departamentos, que para un bar en el que posiblemente trabaje el autónomo, su esposa y dos empleados y ni hay departamentos ni tanto poder de control para ese tipo de exigencias. La ley la han hecho igual para todos y creo que debe ser así, pero luego aplicarla que no es lo mismo en un sitio que en otro. Hay empresas en hostelería que tienen más medios, infraestructuras e ingresos e incluso más ayudas porque al pequeño se nos tiene condenado.

¿Por los impuestos a los que se les obliga a hacer frente?

Porque estamos un poco en el olvido en cuanto a renovación y ayudas. El otro día, en la celebración de nuestra patrona, Santa Marta, sí nos dio nuestra consejera de Economía, Patricia Franco, un punto de esperanza porque se están planteando una especie de Plan Renove para que, al igual que otros sectores como la agricultura o las clínicas, tengan ayudas aquellas empresas que se formen nuevas, pero ¿y por qué no las que ya estamos?

¿Para ayudar al mantenimiento de negocios de toda la vida que pueden atravesar por dificultades?

Para adaptarnos y ser más competitivos y más atractivos. No solamente a través de esas ayudas para los locales que puedan tener inquietud y necesidad de renovación, sino también para que nos pongamos en el camino a nivel formativo. Tenemos una escasez de formación profesional un poco delicada y las escuelas de hostelería de aquí solo hacen cocina, se han olvidado de la sala, el camarero ya no existe en esas escuelas y se nos ha olvidado que el camarero es muy importante. El cocinero claro que lo es, pero también el camarero, es el comunicador, es el que va a enlazar el plato con el cliente, con la estancia, con la forma de servicio y este tipo de cosas viene bien que se retomen dentro de un ámbito de conversaciones y de cohesión de ideas donde debemos incidir. Creo que es la dirección que debemos tomar con el fin de intentar ser atractivos para que quien nos quiera visitar.

¿Tienen dificultades para encontrar personal cualificado en el sector?

Hay escasez de personal y en concreto de personal cualificado. La cualificación no es lo único que hay que encontrar en el personal, también la adaptación de alguien que no sabe y que quiere aprender. Debería haber un contrato de aprendiz más accesible y luego está la actitud de cada empleado que quiere o necesite trabajar. En ese caso, la formación puede venir relativamente fácil y la cualificación mínima también llegaría fácil. Cuando hay buena actitud, en un tiempo prudencial se puede llegar a un buen término con lo que necesitamos para un trabajador.

¿Cree que es necesario articular un plan de promoción turística en la región?

Nos consta que la Junta está trabajando en eso. No sé si tiene suficientes recursos aunque veo que a nivel mediático hay mejores campañas en otras regiones. Esto no es una crítica hacia la nuestra porque, a lo mejor, no hay más recursos, pero nos tenemos que fijar en quienes lo hacen bien. Creo que por parte de la Junta se está trabajando y que lo que deben hacer es crear un grupo de atractivo turístico a nivel regional y que cada provincia luego haga lo mismo.

¿Con la gastronomía como eje?

Nosotros tenemos mucho potencial en La Mancha para tener atractivos turísticos, pero está demostrado que el turismo, si no va de la mano de la gastronomía y del alojamiento de satisfacción no funciona igual. El turismo no solo da negocio a la hostelería, sino también a los hoteles, tiendas o los productos de la tierra.

Sin embargo, en el caso de la provincia es aún a costa de la baja rentabilidad hotelera, ¿no?

Es verdad. Si ahora mismo cogemos tarifas de hoteles de toda España, posiblemente los más baratos están en Ciudad Real. Si hablamos de alternar en barras y bares, lo que hay que hacer es viajar y comprobar que salvo en algunos puntos, Jaén o Granada, que sirvan una cerveza con su tapa por 1,50 o dos euros, no se hace en muchos sitios y todo es a golpe de mano de las personas que llevan el negocio.