De los 1.229 funcionarios ciudadrealeños que tiene la Administración General del Estado en la provincia, 1.140 ya se encuentran trabajando, aunque la mayoría lo sigue haciendo desde casa, en modalidad no presencial, según informó el Ministerio de Política Territorial Función Pública, que sitúa en ese tipo de trabajo 572 funcionarios ciudadrealeños mientras que ya están en su puesto otros 568. Asimismo, el Ministerio indica que hay 21 trabajadores en aislamiento y uno se encuentra colaborando con fines sociales.
El Ministerio de Política Territorial y Función Pública ofrece datos por territorios de la situación laboral del personal de la Administración General del Estado (AGE). Ahí se incluyen desde jueces a policías o funcionarios de la Agencia Tributaria y el propio Ministerio indica que a partir de las próximas semanas, el trabajo presencial irá aumentando gradualmente después de que se acordaran las medidas para la incorporación presencial progresiva de los empleados públicos en el marco del Plan de Transición a la Nueva Normalidad, con los objetivos prioritarios de mantener fórmulas de trabajo no presencial, la atención preferentemente telemática, aforos más reducidos en la atención al público, cita previa y adoptar medidas de prevención y seguridad, siguiendo las recomendaciones sanitarias, para garantizar la salud del personal.
En este sentido, el sindicato CSIF alertó en una nota de prensa sobre «los efectos negativos» que está produciendo el teletrabajo en este caso, en los docentes, «que padecen una enorme sobrecarga de trabajo que dificulta la conciliación familiar que se traduce en diversos problemas de índole emocional, tales como estrés, ansiedad o fatiga mental».
CSIF expone que el perfil de los docentes afectados es el de maestros y profesores con amplia experiencia presencial pero sin formación específica en tecnologías. Una reciente encuesta realizada por CSIF revelaba que el 93% de los docentes sufre estrés emocional por el teletrabajo.
Además, el sindicato también advierte sobre la preocupación del profesorado ante situaciones de disrupción escolar por parte del alumnado, que trata de beneficiarse de la desventaja docente en lo que a conocimientos informáticos se refiere.