Derribando fronteras

Cándido de la Cruz
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Solman presenta 'La locura de cambiar el mundo. 25 años de solidaridad', una reflexión colectiva sobre los problemas que sufren de los países subdesarrollados y los procesos implicados en la cooperación internacional

Derribando fronteras - Foto: Tomás Fernández de Moya

Un cuarto de siglo no es nada cuando se habla de solidaridad. En 1994 veía la luz Solidaridad Manchega, una ONG que miraba más allá de sus fronteras recordando que no vivimos en un espacio aislado. En un mundo global, la fraternidad debe ser igualmente global, y así Solman ha llevado a cabo proyectos de desarrollo y cooperación en puntos de todo el planeta, una lección condensada en La locura de cambiar el mundo. 25 años de solidaridad, un libro que conmemora todo el esfuerzo y trabajo realizado desde la fundación de esta organización. 

En sus páginas no se enumeran los logros, que son muchos a través de sus casi 300 proyectos desde su fundación, sino que se ofrece «una reflexión colectiva sobre la situación actual, de todos los entes que han estado participando y de cómo se proyecta la cooperación», explica el presidente de Solman, Gustavo González. Los textos, a partir de más de 30 autores que han abordado la situación de la mujer, de la infancia, de la educación, las ayudas de los diferentes organismos o la organización de las propias ONG; «la idea ha sido la de abordar todos los factores implicados en la cooperación internacional», explica González. Así, en esta visión tan amplia han tomado parte cooperantes que han estado sobre el terreno, trabajadores, personas que han estado en la junta directiva, los beneficiarios, representantes de las administraciones, la coordinadora regional y nacional de ONG..., en definitiva, «todos los estratos de personas que tienen que ver con la cooperación internacional para el desarrollo». 

futuro. Los proyectos llevados a cabo por Solman han recorrido el planeta: Argentina, Panamá, Bolivia, El Salvador, Ecuador, Perú, Honduras, Nicaragua, Guatemala y Venezuela en el continente americano; República del Congo, Burkina Faso, Chad, Malí, Togo, República Centroafricana, Mozambique, Zambia y Sierra Leona en el continente africano. 

Ayuda humanitaria, educación, sanidad, economía solidaria, infraestructuras o recursos para la población femenina son algunos de los ámbitos de actuación. Tras 25 años de trabajo sigue siendo difícil aventurar si la situación ha mejorado. El propio Gustavo González señala que «es muy difícil sacar conclusiones. Hay muchas batallas sociales que sí se han ganado: la situación de la mujer y también de la infancia ha mejorado en muchos países», aunque por otra parte continúan habiendo «datos alarmantes, como las mujeres que mueren en partos, la imposibilidad de acceder a condiciones de vida dignas, el asunto de los refugiados, la pobreza...». Así, «pequeñas batallas se van ganando en pequeñas parcelas» para hacer la vida más fácil a mucha gente. Solidaridad con sabor manchego.