Ciudad Real reivindicó en la tarde de ayer su condición de ciudad acogedora a través de diferentes actividades que, impulsadas por la plataforma Ciudad Refugio y respaldadas por el Consistorio capitalino, reclamaban el fin de las políticas que conllevan un marcado racismo desde las instituciones y la consecución de derechos para este colectivo, además del fin de las situaciones que obligan a muchos a lanzarse al mar en busca de un cobijo que, en muchas ocasiones, Europa les niega. 

Los Jardines del Prado y las diferentes estancias del antiguo Casino se convirtieron ayer en centros de reivindicación en los cuales la plataforma desplegó un puñado de actividades que tuvieron en los propios refugiados sus auténticos protagonistas, y que invitaban a la interactuación entre todas las edades. Mandalas, paracaídas de acogida, cuentacuentos y la narración oral de las historias de refugiados en primera persona fueron el anticipo de una fecha, la de hoy, Día Mundial del Refugiado, en el que la plataforma Ciudad Real Ciudad Refugio tiene muy claras sus reivindicaciones. «Son muchas cosas», aseguró Celia Naharro, miembro de la plataforma, que aseguró que la fecha debe servir para «denunciar la situación que se vive por un lado en los países de los que salen huyendo, porque son múltiples las causas que generan vulneración de los derechos humanos en muchos países;y también cuando salen de allí y llegan a una Europa blindada con cuchillas y muros». Por eso todas las reivindicaciones se resumen en una sola: que allí de donde tienen que huir o allí adonde llegan «se cumplan los derechos humanos para estas personas». 

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