10 días de homenaje y luto por los 1.091 muertos

C. de la Cruz
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La tragedia ha atravesado de manera despiadada la provincia, el territorio más afectado en decesos por el coronavirus en relación a su población

10 días de homenaje y luto por los 1.091 muertos - Foto: Pablo Lorente

Hay cifras que, a pesar de su terrible frialdad, muestran el terror de una realidad que en el caso de la provincia ha sesgado 1.091 vidas. El coronavirus ha golpeado con tanta fuerza a Ciudad Real que se ha convertido a golpe de ataúd en el territorio más castigado en relación a su población:220 fallecidos por cada 100.000 habitantes. 

El luto oficial hasta el 5 de junio, el periodo más largo de toda la democracia, recorre la provincia de punta a punta desde que el 13 de marzo se notificaran los primeros decesos asociados al coronavirus. Desde entonces, perplejidad ante  la evolución de una epidemia que  no daba tregua, que no cedía a pesar del confinamiento y que el 14 de abril mostraba su mayor dureza que el número más alto de fallecidos en un día: 62. 

Y dentro de la realidad del guarismo, el baile de cifras por saber cuántas personas han fallecido por coronavirus. Ayer mismo se informaba que el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria, que utiliza datos de registros civiles del Ministerio de Justicia, registraba entre el 13 de marzo y el 22 de mayo un exceso del 206%, 5.114 muertes más de lo esperado hasta los 7.596 fallecidos en este periodo en la región. El propio Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha daba precisamente la alarma debido a que las licencias por enterramientos eran notablemente superiores a las del mismo periodo en años anteriores sin que las defunciones se asociasen directamente al coronavirus. Así, bajo sospecha que las muertes por COVID-19 sean muchas más que las 1.091 que se registran en los cuartillas oficiales. 

Y el propio recuento también ha sido objeto de polémica, y es que si el Ministerio restaba el lunes más de 150 decesos a Castilla-La Mancha el martes los recuperaba. 

Pero más allá de las cifras, el dolor de familiares y amigos es imposible de cuantificar. Es lo que permanece de una tragedia en muchos casos despiada por no poder despedir a los seres queridos por el confinamiento. Ayer, con el luto oficial,  se recordaron las 1.091 personas que nos han dejado.