La peste que asoló Europa en el siglo XIV acabó con un tercio de la población de Puertollano. Las trece familias que sobrevivieron decidieron celebrar, a perpetuidad, el Santo Voto, una conmemoración que consiste en una comida común en honor a los desposorios de la Virgen y San José en la que se pide por su protección. Hoy, pasados casi 700 años, sigue celebrándose. La presencia del COVID-19 no ha impedido a Puertollano seguir haciendo historia, «algo que teníamos muy claro, porque no hay mejor homenaje que el Santo Voto para todas las personas que hemos perdido en estos días en los que no hemos tenido ocasión de despedirnos de ellos». El encendido de las ollas «servirá como homenaje a todos ellos y al personal que ha puesto en riesgo su vida trabajando en primera línea en los momentos más duros y angustiosos de esta crisis sanitaria».

Puertollano celebra este año un Santo Voto diferente...

Así es. Lamentablemente diferente por encontrarnos en esta pandemia que ha atravesado el mundo entero. Lo paradójico es que es una tradición que tiene su origen precisamente en una pandemia global que se vivió en el mundo en 1348 y que en la ciudad de Puertollano quedó desolada con solo trece familias supervivientes, quienes fueron las que hicieron ese voto en agradecimiento a la supervivencia y viviendo la recuperación de la ciudad. Y eso es lo que conmemoramos, pues hemos sido capaces de que esta tradición se haya celebrado ininterrumpidamente durante casi 700 años y este año conmemoramos también la declaración de Bien Inmaterial de Interés Cultural por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

¿Cree que ese rango dará un empujón a esta festividad?

Es un sello de calidad que pone de manifiesto la importancia patrimonial que tiene esta tradición para la cultura de nuestra región y del país, y que al mismo tiempo nos impone también la responsabilidad de cuidar y mimar la tradición en cada detalle. Esta declaración nos pone en el escaparate del patrimonio, un elemento generador de riqueza no solo de reconocimiento de nuestra historia.

La presencia del coronavirus ha impedido a los vecinos recoger este año el guiso...

Una de las señas de identidad de esta tradición es la amplia participación ciudadana, y hemos intentado dar programación alternativa a la de estar en la calle e ir a recoger el guiso con una programación en la que los niños, parte importante de esta celebración, realicen en casa actividades didácticas como la lectura de la historia del Santo Voto o colorear la famosa vaca de esta festividad. Además de tutoriales para aquellos que no somos muy mañosos en la cocina y que nos ayudan elaborar el guiso desde casa.

Entonces, ¿hoy en su casa se come guiso de carne?

Por supuesto, aunque el encargado de su elaboración será mi marido. Me emociona saber que tampoco faltará en las residencias de mayores y de discapacitados y en el hospital, donde el menú del día será el guiso.

Las circunstancias de la pandemia llevan a vivir un Santo Voto diferente, pero, a pesar de ello, se ha hecho un esfuerzo por introducir varias novedades como la ‘Voz Pública’.

Cuando hablaba de mimar la tradición me refería a ahondar en los datos históricos y en los archivos. Así, hemos recuperado esas ollas de barro, pues la artesanía era una parte importante de la tradición, y la comisión organizadora de festejos. Además de la ‘Voz Pública’, que era la figura que leía el pregón con el que se convocaba a los vecinos de la localidad y de la comarca. Es positivo ir sumando detalles a la tradición.

Y otra novedad es que el guiso se repartirá entre los sin techo, ¿no?

Así es. Cuando se hizo el primer voto, en el año 1348, aquellas familias se lo dedicaban a los más necesitados. Eso formó también parte de la tradición, y poco a poco se convirtió en un guiso popular, pero esa vertiente de ayudar al que menos tiene forma parte también de la tradición. El Santo Voto marca la seña de identidad de Puertollano y de sus vecinos; una ciudad fuerte, resistente a pesar de las dificultades y muy solidaria y participativa. Todos esos ingredientes están en esta celebración de manera tan importante como la ternera en el guiso. Se repartirán unas 160 raciones entre las personas sin techo que se han acogido en el pabellón Paqui Moreno, habilitado como refugio para estas personas durante el COVID-19, entre el personal del hospital y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y las personas sin hogar del centro de Cáritas.

Puertollano superó la peste en 1348, ¿confía también en que supere esta pandemia?

Afortunadamente, podemos decir que la situación sanitaria en nuestro hospital nada tiene que ver con los angustiosos momentos vividos entre finales de marzo y principios del mes de abril. No estamos ya en ese escenario, pero tenemos que ser muy prudentes en la desescalada y no se nos puede olvidar todo el sufrimiento que hemos pasado. Ahora, como alcaldesa, me preocupa mucho las cicatrices de la enfermedad en lo que se refiere a la economía, y en ese campo ya estamos trabajando con una planificación de captación de nuevas inversiones y de apoyo a la economía local.

¿Cuál es su deseo para los vecinos de Puertollano en un día tan especial?

Salud para todos y paz para aquellos que han sufrido o han perdido a familiares.