El acuerdo que no fue entre PP y Cs

R. Chavarri
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'Populares' y naranjas habían confeccionado un documento de 30 puntos que se mantuvo en pie y a falta de firmarse hasta el miércoles por la mañana

El acuerdo que no fue entre PP y Cs - Foto: Rueda Villaverde

A la espera de poner solo las firmas al pie de página. Hasta ese punto estaba avanzado el documento elaborado por Ciudadanos y Partido Popular al que ha tenido acceso La Tribuna y que ponía negro sobre blanco una treintena de medidas, que se sumaban al decálogo de obligado cumplimiento «para todo aquel que quiera formar un gobierno con Ciudadanos». Ese pacto entregaba la Alcaldía de Ciudad Real al popular  Francisco Cañizares durante los cuatro años completos de una legislatura que arrancará hoy en el Consistorio de la capital bajo la fórmula del cogobierno de PSOE y Ciudadanos.

El documento al que ha tenido acceso La Tribuna, según han explicado fuentes próximas a la negociación abierta entre los dos partidos, contaba ya con el visto bueno de Génova e incluso de la dirección nacional de Ciudadanos hasta el miércoles por la mañana. La negociación, sin embargo, de otro pacto paralelo entre PSOE y los naranjas echaba por tierra la alianza PP-Cs, partido este último que hubiera asumido la primera tenencia de Alcaldía y el área de Tradiciones, Turismo y Festejos, con jefe de gabinete incluido; el área de Promoción Económica y Empleo; y el de Sostenibilidad.

Ese pacto non nato trazaba seis ejes de actuación: empleo, simplificación y agilidad en la administración municipal, sostenibilidad, turismo, impuestos y compromisos adquiridos con los vecinos.

De partida, el acuerdo de los naranjas con los populares apostaba por optimizar los planes de empleo, que Ciudadanos definió en su programa electoral como «inútiles», la creación de viveros empresariales o la captación de inversión y empresas para los polígonos industriales,  con rebajas fiscales en el IBI y bonificaciones en el IVTM.

Precisamente en materia impositiva, el acuerdo Cs-PP apenas señalaba dos puntos: rebajar el IBI en barrios con servicios municipales inferiores a la media municipal y revisar las bases catastrales que se aplican a ciertos tributos municipales para evitar «subidas encubiertas», dos propuestas incluidas en el programa naranja con el que se presentó a las elecciones municipales y que ahora los populares hacían suyos.

En materia de sostenibilidad, los dos partidos establecían la necesidad de llevar a cabo un plan de choque de limpieza, fijar partida presupuestaria para un programa anual de asfaltado y campañas de concienciación ambiental en lugares públicos y en los autobuses.

Otras medidas pasaban por diseñar un plan de turismo de calidad, mejorar la difusión cultural y de eventos, asociar la plaza de toros a la Concejalía de Tradiciones, Turismo y Festejos, que hubiera asumido la propia Masía, o dar a conocer la realidad histórica turística de Ciudad Real.

Más agentes de policía local, mejorar la oferta de parking público, la construcción de pasarelas que conectasen Ciudad Real con Miguelturra y Poblete o meter a las ambulancias entre los vehículos que pueden acceder a las zonas peatonales formaban parte de un acuerdo que también pretendía regular expedientes urbanísticos «abandonados durante años» o cumplir con los compromisos con las agrupaciones locales de música, que tendrían instalaciones para ensayar y un ampliado templete de los jardines del Prado.