Aquona trabaja en un plan de renovación de infraestructuras

D. R.
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El director general de la compañía pone a Aguas de Puertollano como ejemplo de «exitosa colaboración» público-privada en sus diez años ya de actividad.

Aquona trabaja en un plan de renovación de infraestructuras - Foto: Rueda Villaverde

«El agua es la fuerza motriz de la naturaleza». Esta frase del polímata florentino del Renacimiento Leonardo da Vinci sirvió de introducción en el día de ayer para la ponencia del director general de Aquona en el desayuno informativo ‘El agua: eje de desarrollo’, en la que puso de manifiesto que este elemento «debe ser la piedra angular que se coloque como eje fundamental del desarrollo sostenible».

A una semana de la celebración de la Cumbre del Clima, García del Valle habló sin tapujos de una la «situación de emergencia climática» actual en la que se hace necesario un uso «más sostenible del agua», recordando que España «es el país europeo más vulnerable al cambio climático» habida cuenta de que siete de las diez cuencas hidrográficas de Europa «con mayor estrés hídrico» se encuentran en este país. E hizo hincapié en que «la sequía meteorológica ha venido para quedarse y Castilla-La Mancha es una de las comunidades más afectadas».

De este modo, incidió en que desde esta empresa «asumimos también nuestra responsabilidad de impulsar y realizar acciones que permitan alcanzar las metas de la Agenda 2030 en los más de 130 municipios donde estamos presentes y mejorar la calidad de vida del millón de ciudadanos a quienes abastecemos de agua».

Para ello, la compañía cuenta desde 2017 con un plan estratégico de desarrollo sostenible en el que las infraestructuras vinculadas al ciclo del agua «juegan un papel fundamental en los municipios, no solo en cuanto a ofrecer un servicio innovador, eficiente y sostenible, sino también en cuanto favorecer el desarrollo de la agricultura, la generación de empleo, la economía circular y la creación de municipios resilientes al cambio climático en la región». «En definitiva, mejorar la calidad de vida de las personas para que puedan quedarse en sus municipios y combatir de esta manera el fenómeno de la despoblación», dijo García del Valle.

Así las cosas, entre los objetivos de Aquona destacan la creación y la renovación de infraestructuras del ciclo del agua «generando valor ambiental, social y económico para el entorno». Según su director general, esto pasa «por una fuerte apuesta de inversión para la renovación y creación de infraestructuras del ciclo del agua en la que todas las administraciones y empresas debemos ir de la mano. La colaboración público-privada forma un binomio con una gran fuerza transformadora capaz de impulsar y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como así lo ha reconocido la ONU».

Y como ejemplo de esta «exitosa colaboración» situó a Aguas de Puertollano, empresa mixta conformada en un 51% por el Ayuntamiento de la ciudad industrial y en un 49% por Aquona, que desde el año 2009 da servicio a través del Ciclo Integral del Agua a los habitantes de esta ciudad. García del Valle destacó que gracias a las obras del Ciclo Integral del Agua se ha logrado una disminución de las averías «en un 80 por ciento», así como una reducción de pérdidas de agua de en torno a los 800.000 metros cúbicos anuales.

Infraestructuras. El director general de Aquona también puso de manifiesto que en la sociedad actual las necesidades de ampliación, renovación o mantenimiento de las infraestructuras hidráulicas «son altas», existiendo en España un déficit de renovación de éstas de 60 euros per cápita al año, según datos de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (Aeas). La mitad de estas necesidades responden a sistemas de depuración y saneamiento, además de regadíos.

En relación con ello, recordó que «ha sido el control y desarrollo de las infraestructuras hidráulicas lo que ha permitido riegos en comarcas con escasez de agua y ciudades e industrias en zonas áridas y desérticas». De ahí que sea la continuidad en la ejecución de nuevas infraestructuras y mantenimiento de las existentes lo que permitirá «la fijación de la población en el territorio y el desarrollo social y económico de las regiones».

Y añadió que «desde la antigüedad, donde nuestros antepasados se asentaban en zonas con disponibilidad y abundancia de agua hasta nuestros días, la evolución humana siempre ha estado ligada al agua: inicialmente para la agricultura y posteriormente para el desarrollo industrial».