Una marcha con mil voces violetas

Hilario L. Muñoz
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La protesta feminista que cierra los actos del 25N pide complicidad a los políticos en sus demandas y «plantar cara» a la ultraderecha

Una marcha con mil voces violetas - Foto: Tomás Fernández de Moya

Más de 1.200 personas, según Subdelegación del Gobierno, recorrieron las calles de Ciudad Real para cerrar los actos del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Fue una protesta de corte feminista en sus gritos, en la que se recordaron frases contra la manada, contra la justicia, de empoderamiento y contra todos los tipos de violencia contra las mujeres. 

La protesta estuvo convocada por Plataforma Feminista de Ciudad Real compuesta por ocho organizaciones: Aproi, Asamblea de Feminismos, Plataforma Abolicionista, Usawa, Arba Ecofeminista, WADO, Colectivos Espinas y la Fundación Secretariado Gitano. Esta última fue una de las novedades tanto en su presencia, con una bandera gitana en la cabeza de la protesta, como en los gritos en los que se recordó que la mujer

gitana sufre la misma violencia de género que el resto de las mujeres pero suma además «una violencia social, estructural y política», como se dijo en el manifiesto. 

Al término de la protesta se pidió a los políticos complicidad para apoyar las iniciativas feministas. «En las mismas calles que hicimos violetas, el 20S y el pasado 8M, convocamos a nuestros responsables para que salgan a la firma pública de nuestras exigencias», se dijo desde el escenario de la plaza Mayor al cierre de una protesta que salió desde la plaza del Pilar. «En este 2019, coincidiendo con la entrada de la ultraderecha en las instituciones, el número de mujeres asesinadas ha aumentado, lo que demuestra que pese a tener una legislación vigente en materia de igualdad y en contra de la violencia de género, pioneras, no se están cumpliendo». Por este motivo se dijo que no se va a permitir que «algunos partidos políticos» se pongan lazos violetas, que se posicionen en pancartas, hagan discursos con palabras vacías o se pongan en las fotos «sin firmar las exigencias, sin comprometerse con la erradicación de la violencia de género». 

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Una marcha con mil voces violetas - Foto: Tomás Fernández de Moya
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Una marcha con mil voces violetas - Foto: Tomás Fernández de Moya
Una marcha con mil voces violetas
Una marcha con mil voces violetas - Foto: Tomás Fernández de Moya

Antes de la lectura del manifiesto hubo un cruce de declaraciones con parte de los manifestantes que se habían sumado a la protesta con una pancarta en la que se leía ‘basta de perseguir a las trabajadoras sexuales’, cuando al otro lado había una de la Plataforma Abolicionista, convocante de la protesta. Desde el atril se pidió la retirada de la pancarta, con gritos de fuera a fuera y «la prostitución es una forma de violencia de género». Tras el pequeño incidente y sin retirarse la pancarta se leyó el texto que concluyó indicando que las feministas tienen «un papel de vital importancia en la lucha contra la ultraderecha». «Somos el movimiento con mayor capacidad de movilización y capaces de llenar las calles para hacerles frente» y, por eso, indicaron les consideran «las enemigas» ante lo que, afirmaron, se les va a “plantar cara”.