"Cuando uno abre un libro se marcha a otra parte"

Patricia Crespo (Efe)
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Con el sueño frustrado de ser bailarina profesional, Julia Navarro emana paz y una sorprendente seguridad a la hora de presentar su nuevo trabajo, 'Tú no matarás', la obra idónea para huir de la realidad

Al abrir las páginas de un libro, uno se marcha a otra parte - Foto: BALLESTEROS

En un encuentro con lectores, editores y libreros, Julia Navarro ha sido una de las protagonistas en la Feria del libro de Madrid con motivo de su último trabajo, Tú no matarás , que la autora califica de experiencia «muy enriquecedora».

Cuenta que también es divertido el encuentro con su público. «Algunos vienen y me regañan. ‘¡Oiga, pero este final! Tendría que haber terminado bien el libro’. ‘La verdad es que es tristísimo. ¿No podría usted haber terminado de otra manera?’».

¿Cómo es la relación con los lectores cuando se produce el contacto?

Tengo una relación muy cálida y muy agradable con los lectores. Hay gente que viene, le firmo el libro y se va corriendo. Pero hay otros que inician una conversación y yo, en la medida de lo que puedo continuar la conversación, lo hago, porque me interesa. Tengo una enorme curiosidad por la vida, por lo que sucede a mi alrededor y cómo no voy a sentir curiosidad por lo que me cuentan las personas que amablemente compran mis libros.

¿Y qué dicen?

«Me van a operar», «¿qué me recomienda para que me lleve al hospital?» o «estoy saliendo de una mala racha y me gustaría que me dijera qué me llevo». No solamente recomiendo mis libros: «yo creo que con esta mala racha debería comprar este otro y este otro y este otro».

Recuerdo a una señora que se empeñaba en llevarse Historia de un canalla. Me contó que estaba pasando un mal momento, se había muerto su marido, a ella le habían detectado una enfermedad y le comenté: «es que usted este libro no se lo va a llevar». (...) Entonces insistía: «¡es usted mi escritora favorita!», y le dije: «ya, pero lo dejaré de ser si lee usted este libro en estas circunstancias de su vida». Estuvimos ahí un rato tirando, pero no se lo llevó y le recomendé otros que le podían ayudar.

Los libros también ayudan a salir de la realidad y cuando uno abre las páginas se marcha a otra parte; es un largo viaje que inicias en el que conoces otra gente, otras formas de pensar, otros paisajes, te ayuda a reflexionar y por tanto, en qué momento leemos un libro es muy importante lo que nos va a decir.

¿El último libro siempre es el mejor? ¿Lo es Tú no Matarás?

Es un libro que me ha costado mucho escribir, pero si echo la vista atrás digo que todos me costaron mucho. Tú no matarás es muy especial pero sin duda el libro favorito de mis lectores es Dime quién soy. (…) Yo creo que el mejor es Historia de un canalla. Y Tú no matarás es muy especial, sobre la travesía de la vida. Es un homenaje a la literatura, un libro sobre libreros, escritores, editores y también sobre lectores. Es un homenaje al mundo de los libros y a todos los que lo hacen posible.

En Tú no matarás uno de los protagonistas dice: «no concibo oficio más hermoso que el de sumergirse en los mares que forman las palabras». ¿Es la literatura el oficio más hermoso?

Para mí sí. Es decir, para mí la última aventura que uno puede emprender es la de sumergirse en las páginas de un libro. En los libros está todo, absolutamente todo. Yo no concibo nada más maravilloso que leer.

Antes de dedicarse por completo a escribir fue periodista…

Yo he ejercido el periodismo, y el periodismo y la literatura son caminos paralelos. El periodista cuenta una historia real. El escritor, con una historia fruto de la imaginación, pero al final se trata de lo mismo, de contar una historia. Para mí el periodismo ha sido una gran pasión. Me lo he pasado muy bien haciendo periodismo y precisamente porque ha sido tan importante, cuando empecé a escribir libros fui consciente de que hubo un momento en el que era muy complicado compaginarlas.

(…) Si hubiese tenido 40 años no habría elegido seguir escribiendo libros. Habría seguido ejerciendo el periodismo, pero cuando ya lo has hecho prácticamente todo, te das a ti misma la oportunidad de abrir una puerta y a ver qué pasa.

La dedicación a la literatura, ¿es vocacional o ha sido circunstancial?

Mi vida está llena de casualidades. Yo siempre terminaba haciendo lo que nunca esperaba que iba hacer. Me gustaba escribir. Desde pequeña me encantaba escribir. (…)

Una profesora de literatura me inculcó el amor por la lectura y me enseñó a disfrutar de los autores. Conchita Fernández Débora sí que fue una persona determinante a la hora de que yo me planteara qué iba a hacer con mi vida. (...)

Si no podía bailar quería saber las respuestas. Estudiar física para encontrar los porqués del ser humano. Creí que lo iba a conseguir a través de la física. Y esta profesora me dijo:  «¡si física, matemáticas y químicas las apruebas por los pelos! Reflexiona qué es lo que se te da bien, dónde tienes buenas notas». Y claro, mis buenas notas estaban en letras.