"Lo que se ve en el campus debe ser reflejo del hospital"

Hilario L. Muñoz
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Inmaculada Ballesteros es, desde el pasado mes de abril, la tercera decana de la facultad de Medicina de Ciudad Real en su década de existencia.

Lo suyo es que la universidad sea un reflejo del hospital - Foto: Rueda Villaverde

Bióloga y profesora de Bioquímica, Ballesteros es especialista en Neurociencias, área en la que ha desarrollado varias investigaciones en París, en el instituto Pasteur, y en Estados Unidos, de donde regresó gracias a una beca Juan de la Cierva que la trajo a Ciudad Real.

¿Qué significa para la facultad de Medicina tener un número 1 del MIR con solo 10 años de existencia?

Es una suerte porque nos pone en el mapa. Somos una facultad pequeña y nueva y aunque hacemos las cosas muy bien tampoco se nos conoce mucho. Gracias a Daniel Gómez se nos conoce un poco más en el ámbito nacional. Es una felicidad tener estudiantes de categoría como Daniel. Esto nos pasa porque todos los estudiantes son muy buenos, pero Daniel ha sido especialmente bueno. No es este número 1 del MIR sino toda su proyección en la carrera.

Lo suyo es que la universidad sea un reflejo del hospitalLo suyo es que la universidad sea un reflejo del hospital - Foto: Rueda VillaverdeEste número 1 implica que la facultad esté en boca de todos y ya venimos de cursos que han superado las 10.000 presolicitudes... 

Está siendo todo tan traumático y cambia tanto con la situación que cada año es una sorpresa y no sabemos muy bien qué va a pasar. Es verdad que si vas viendo las notas de corte de cada año hemos ido aumentando, no sé lo que pasará el curso que viene. Tampoco nos tenemos que preocupar porque al final hay diferencias de décimas entre unos sitios y otros y todos los que entran a estudiar son buenísimos. 

Su mandato llega cuando parecía que iba a haber facultad y ahora ya no hay proyecto ni obras. ¿Cómo se vive la situación?

Se vive con incertidumbre, pero creo que ya nos estamos acostumbrando a que cada día surge una cosa nueva que no teníamos prevista. Finalizamos el curso pasado, con todos en casa, encerrados, y haciendo esfuerzos por terminar. Hemos empezado el 2021 y tampoco se ve esto con visos de vuelta a la normalidad. Filomena cambió exámenes, el ciberataque a la UCLM ha supuesto cambiar las clases y el edificio ha supuesto tener uno y que ahora no tengamos. Casi es mejor no aventurarse e ir haciendo lo mejor posible con lo que nos toque en cada momento teniendo claro los objetivos, pero como vienen motivados con cosas externas que no podemos controlar, tampoco vamos a obcecarnos con unas ideas que luego se tuerzan. 

¿Le gustaba el proyecto o ha pedido algún cambio en el nuevo proceso?

Estamos meditando la posibilidad de que haya mejoras o que haya elementos que estaban y no conocíamos que estuvieran. Sí que tenemos las ideas muy claras tras diez años aquí, porque vamos viendo lo que necesitamos a largo plazo. Supongo que se tendrán en cuenta esas ideas.

¿El nuevo proyecto va a ser solo facultad de Medicina o va a ser de Medicina y Enfermería?

Espero que sean las dos porque son grados hermanos. En el hospital están los médicos y están los enfermeros juntos y lo suyo es que estén las dos, que se trabaje en conjunto y que lo que se ve en la Universidad sea un reflejo de lo que se ve en el hospital. 

Para consolidar la facultad, además del edificio es necesario personal, ¿no?

Están los profesores asociados clínicos que hay casi 100 profesores y unos 20 profesores vinculados a tiempo completo de la UCLM, como ayudantes, contratados doctores, titulares o catedráticos. 

¿Hay un proceso de consolidación de la plantilla?

Para consolidar hay que acreditarse, no solo hay que sacar las plazas que lo puede hacer la UCLM, sino que hay que tener a la gente acreditada para dar la clase. En Medicina, además, hay cuatro cursos que son clínicos, donde se necesitan profesores que trabajen en un hospital para hacer prácticas. Esos profesores ya tienen su contrato hecho por el Sescam y la única forma de consolidar es vincularlos, que sean profesionales médicos, pero pagados por la UCLM. Para lograrlo deben estar acreditados por la Aneca, que marca una serie de criterios públicos, como las horas de clase. Nosotros llevamos solo diez años y no hay tanta gente con ese número de horas. Hay que dejar pasar el tiempo. Además hay criterios científicos y de publicaciones. Hace falta que los profesores con interés por estar vinculados estén acreditados antes de sacar las plazas. Ahora mismo hay un profesor vinculado a tiempo completo, el doctor Feo Brito, de Alergias, y se ha acreditado a expensas de que salga la plaza el doctor Luis Beato, de Psiquiatría. 

¿Cómo ha cambiado la llegada de coronavirus los estudios de la facultad de Medicina?

Hubo que hacer reformas en el edificio porque nuestra docencia está basada en grupos pequeños y muy prácticos, pero con la limitación del aforo el grupo pasaba a ser de ocho personas. Para priorizar las prácticas, hemos tenido que hacer algunas partes teóricas online. Esto es algo que no me gusta, porque la enseñanza online en Medicina es imposible y, además, no mantienes la atención igual si estás cara a cara a si está en su casa el estudiante. Espero que esto sea algo momentáneo y que el curso que viene haya clases normales. 

Ha cambiado la mentalidad, al convertirse la Medicina en referente. 

Están más motivados los estudiantes y este año lo que hemos hecho son muchos trabajos en referencia al COVID. Todo estudiante que entra en Medicina es muy vocacional porque son muchos años de carrera y muy sacrificados y todos saben muy bien dónde se mete. La pandemia es un refuerzo más, aunque también puede que haya gente que dude porque piensen en que tendrán que enfrentarse a una situación como la de estos meses. La pandemia puede servir para fomentar su vocación en unos y para otros, con dudas, que se replanteen lo que pueden llegar a vivir.

¿Hay estudiantes de Medicina que hayan trabajado en la pandemia?

No hemos parado de hacer prácticas. Había que analizar y que los estudiantes no tuvieran COVID y hubo que hacerles unas pruebas PCR al acceder al hospital. Sí que hemos procurado, porque los profesores lo han pedido, que, aunque los de sexto pudieran pasar a la zona COVID, estuvieran en otros lugares por seguridad. 

Y los profesores, ¿han tenido que echar un a mano?

Al principio de la pandemia, en el confinamiento, nos pidieron voluntarios para hacer las técnicas de PCR, pero solo se podían hacer en Albacete y no se usó a investigadores ni técnicos que se ofrecieron voluntarios. Lo que necesitaban al principio era el material fungible y lo que hicimos fue donar todo lo que teníamos aquí. Se nos ha olvidado, pero los inicios fueron difíciles emocionalmente. Aquel día de la donación estábamos en el edificio tres o cuatro personas y estuvimos recorriendo todo el edificio, sacando hasta de debajo de los fregaderos cosas. Es un recuerdo que nos ha marcado. 

Si la gripe de 1917 cambió la Medicina, con los colegios o la investigación, ¿qué cree que va a traer el coronavirus?

Nos va a hacer estar alertas y además la conducta nos ha cambiado. Esto es algo que los profesionales de salud mental ya lo están viendo. Hemos tenido las olas de enfermedad infecciosa del COVID y ahora llega la de salud mental. Estamos viviendo en una sociedad más crispada, más ansiosa y con más depresiones y nos va a cambiar seguro y la mascarilla se quedará un tiempo. Lo que parece importante de resaltar y de forma positiva es que en un año se ha avanzado mucho. Cuando uno intenta tener una vacuna pasan años hasta que se consigue. Toda la comunidad científica se ha volcado. 

¿Qué hace falta en la facultad para pasar de la investigación básica a la clínica o la traslacional?

Lo que hace falta es o tiempo o gente. Creo que el edificio actual con la consecución de distintos fondos Feder tiene ya infraestructuras y herramientas muy buenas. De todas formas, si estuviéramos más cerca del hospital, parte de los profesionales sanitarios también aprovecharán esas herramientas de investigación y se crearía un nexo de unión que haría que se hicieran más cosas. 

De ahí que la facultad de la que se ha desistido sea facultad e Instituto de Investigación en Biomedicina. 

La Junta y toda la región está intentando tener un Instituto de Investigación en Biomedicina. Hay que apostar por ello porque es lo que hemos visto que nos va a sacar de los problemas. Es verdad que lo acuciante y lo urgente se come el tiempo de lo importante y lo importante es tener a gente formándose que pueda hacer investigación, pero esos resultados se ven a lo largo plazo. 

Que haya una mujer al frente de una facultad de Medicina implica que los tiempos han cambiado...

Sí pero despacio. Estuve haciendo repaso de qué universidades y facultades tienen decanas y de las 46 que hay en España solo hay nueve ahora y porque dos se aportan desde la Universidad de Castilla-La Mancha, en Albacete está de decana, Silvia Llorens. La verdad es que se ve poco a poco el cambio y vamos algo lento. Ahora mismo hay muchas más médicas y estudiantes que son chicas que chicos y, en algún momento digo yo que se irá dando ese cambio poco a poco.