El Alarcos, optimista pese a las ausencias por sanción

Manuel Espadas
-

Manu Díaz e Íñigo Barricart se perderán el partido de este sábado contra Puerto Sagunto al estar castigados por Competición por sus protestas a los colegiados en la derrota sufrida en Málaga

Jesús Herrero (izquierda) y Julián Souto, en el Hotel Parque Real. - Foto: LT

Con los deberes hechos en la Copa del Rey, el Vestas Alarcos se vuelve a centrar este sábado en el negociado que más cuenta le trae. A las 18 horas recibe en el Quijote Arena al Puerto Sagunto, en la cuarta jornada del Grupo B de la División de Honor Plata. Tras el primer tropiezo liguero de la temporada sufrido en Málaga (31-28), el equipo de Jesús Herrero quiere volver a dar una alegría a su afición para afianzarse así en los primeros puestos de la clasificación y mantenerse invicto en casa.

El técnico alarquista se verá obligado a prescindir de los dos hombres sancionados tras esa derrota en Málaga por «desconsideración leve de palabra contra el equipo arbitral», según la resolución de Competición, Manu Díaz (2 partidos) e Íñigo Barricart (1). Además, el club tuvo que afrontar una multa de 100 euros por los «incidentes» ocasionados por algunos de sus seguidores al arrojar agua a los colegiados.

Enfrente tendrá a un rival que, descendido desde la Liga Asobal, no ha empezado bien la competición, algo de lo que no se fía en absoluto Jesús Herrero: «Sagunto es un equipo preparado para el ascenso, con jugadores de calidad y con experiencia en Asobal» como el argentino Cunha, el portugués Soares o los españoles  Adrián Nolasco o el exalarquista Vicente Poveda. «Va a ser un partido  igualado y competido en el que intentaremos defender y correr», decía Herrero.

Julián Souto

Una receta que también se aplica el argentino Julián Souto, para sumar «dos puntos muy importantes, en una final más ante nuestra afición, porque en casa es donde tenemos que ser más fuertes, sin dejar escapar ningún punto». El primera línea cree que el Alarcos está yendo «de menos a más» y que será clave «que sepamos jugar los momentos buenos y también los malos», para combatir así esa irregularidad que a veces sufre el equipo.