Las semanas más duras

C.S.Rubio
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La última semana de octubre marcó el pico de contagios de esta segunda ola en la región. Las medidas de restricción tomadas en esos días, parece que han conseguido doblegar la curva

Las semanas más duras

Aunque no se puede decir, ni mucho menos, que lo peor ya ha pasado, sí que los datos parecen apuntar que las semanas más duras de esta ‘segunda ola’ ya se han quedado atrás en Castilla-La Mancha. Al menos, de momento.

El mes de octubre y las primeras semanas de noviembre fueron críticas en la región. El pico más alto se alcanzó el 28 de octubre, con 1.072 nuevos casos detectados, según datos del Instituto de Salud Carlos III. Precisamente el día que la comunidad anuncia junto a Castilla y León el cierre perimietral de sus fronteras.

Un ‘cierre de fronteras’ que, si bien se planteó como una medida para ‘cortar’ la movilidad durante las festividades de Todos los Santos y la Almudena, hoy continúa vigente. Es más, se mantendrá como mínimo hasta después del puente de diciembre. Y no sería descabellado pensar que podría alargarse al menos hasta Navidad, fecha para la que el Gobierno regional se estaría planteando «suavizar» las restricciones, con el fin de permitir «la convivencia de las familias».

Este cierre sine die de la movilidad no esencial, sumado al toque de queda nacional y a la imposición de un ‘nivel 2’ de restricciones en toda la región desde el día 5 de este mes (que se prolongará también al menos hasta la semana que viene), está dando frutos. La curva de contagios en estas últimas semanas ha comenzado doblegarse.

No obstante, los datos aún no son para lanzar la campanas al vuelo. La tasa de incidencia acumulada en las semanas 45 y 46 (277,4 y 214,3 casos por 100.000 habitantes), la incidencia en los últimos 14 días (próxima a los 491,8 casos por 100.000 habitantes), el peso de los mayores sobre el total de casos (18,2%), el elevado porcentaje de pruebas diagnósticas positivas (17,8%) y la situación de los indicadores de ocupación hospitalaria (especialmente de UCI), están «claramente muy por encima de los umbrales de alerta establecidos en Castilla-La Mancha», según ha explicado la Consejería de Sanidad para justificar la prorroga de las restricciones sanitarias.

En este sentido, sería Cuenca la provincia con los datos epidemiológicos más preocupantes, según los registros del Instituto de Salud Carlos III. Tanto es así, que algunos municipios conqueses estarían plantándose ya el autoconfinamiento.

Es el caso, por ejemplo, del pequeño municipio de Ledaña, donde el pasado viernes su alcaldesa pedía a los vecinos quedarse en sus casas, tras haberse registrado medio centenar de contagios en la última semana, en una localidad de poco más de 1.500 vecinos.

Pero esta segunda ola viene de lejos. Comenzó a fraguarse en agosto, tal y como se observa en la curva epidemiológica trazada desde el Instituto de Salud Carlos III. Y es que, si durante la desescalada los castellano-manchegos parecía que habían logrado mantener a raya los contagios, con la llegada de la ‘nueva normalidad’ los casos se multiplicaron.

Una cifra lo ejemplifica todo: de la primera a la última semana de agosto, los positivos se multiplicaron por cinco en la región. Y, lo que es casi más grave, la tasa reproductiva del virus (el número de contagios secundarios generados por cada positivo) alcanzaba en esos meses de verano su pico más alto, incluso más que los registrados en las primeras semanas del fatídico mes marzo. Una tasa reproductiva que, no obstante, ya habría vuelto a situarse por debajo del '0' en noviembre. O lo que es lo mismo, a niveles de las primeras semanas de confinamiento.

Estos ‘picos’ se confirman al comparar estos datos con la estadística MoMo, que mide el ‘exceso de mortalidad’ en un periodo determinado. Según este indicador, elaborado también por el ya citado Instituto Carlos III, Castilla-La Mancha habría registrado una ‘sobremortalidad’ de cerca de un 30% durante los meses de octubre y noviembre. Un indicador que se muestra especialmente dramático entre los mayores de 65 años, cuya ‘sobremortalidad’ estaría rozando el 50% en noviembre.

En estos momentos, esta segunda ola ya ha dejado 755 defunciones en el conjunto de la comunidad autónoma y 2.747 hospitalizaciones, 222 de ellas en la UCI, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad al cierre de la pasada semana.