Ciudadanos no renuncia a la 'vía 221'

Pilar Cernuda
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Arrimadas sueña con la ruptura de la coalición de Gobierno, para que se forme un Ejecutivo apoyado desde fuera por el PP y los naranjas

Ciudadanos no renunci a la 'vía 221'

Inés Arrimadas dice de sí misma que no se rinde nunca, y pelea para conseguir que PSOE, PP y Ciudadanos se apunten a la Vía 221 que presentó en un acto con Fernando Savater y Andrés Trapiello el pasado diciembre, cuando Sánchez ya había firmado un acuerdo de Gobierno de coalición con Pablo Iglesias y negociaba con varios partidos los pactos necesarios para salvar la investidura.

La líder de Cs proponía un acuerdo de esos tres partidos, que sumaban 221 escaños, lo que permitiría a Sánchez prescindir de la coalición que, él mismo había confesado antes de las elecciones, le quitaba el sueño. En la entrevista que mantuvo con el presidente de Gobierno en funciones, durante la ronda previa a la investidura, Arrimadas entregó al socialista un documento con los puntos esenciales de esa Vía 221: solo la suscribirían los partidos constitucionalistas, debía incluir un pacto nacional sobre la Educación, que no se subieran impuestos a la siempre castigada clase media y una reforma de la Ley Electoral que obligara a contar con un porcentaje mínimo de votos para tener representación parlamentaria, para evitar la proliferación de escaños populistas y nacionalistas.

Arrimadas, de baja por maternidad, pero en contacto permanente con los miembros de la dirección de su partido, sobre todo con los que negocian los apoyos al Gobierno, se resiste a dejar de lado la Vía 221. Es consciente de que las negociaciones con Moncloa no siempre son bien entendidas por parte de sus militantes y votantes. De hecho, Ciudadanos ha tenido importantes bajas pero, por convicción personal y política, quiere demostrar que con solo 10 escaños Cs puede tener un papel importante en los acuerdos de futuro. El portavoz parlamentario en funciones, Edmundo Bal, lleva el peso del diálogo con el Gobierno que se tradujo en el apoyo a las sucesivas prórrogas del estado de alarma y están abiertos a nuevos campos una vez finalice la situación de emergencia. 

El asunto más relevante que hay sobre la mesa son los Presupuestos Generales del Estado y, a pesar de las muchas especulaciones sobre la posición de Cs respecto los PGE, hasta el momento no ha habido una sola reunión entre miembros de Ciudadanos y Moncloa para debatirlos, aunque además de Bal, varios miembros destacados de Cs han participado ya en encuentros con dirigentes del PSOE o personas del equipo de Pedro Sánchez, entre ellos José María Espejo, Carlos Cuadrado y el economista y eurodiputado Luis Garicano desde Bruselas, donde forma parte de la vicepresidencia del grupo liberal del Parlamento Europeo Renew Europe. Pero todavía no se ha hablado de Presupuestos. 

El grupo naranja reconoce que les gustaría que se produjera la ruptura total del Gobierno de coalición de Sánchez con Podemos, para que se formara un Ejecutivo socialista en minoría apoyado desde fuera por PP y su partido. De hecho, Arrimadas quiso hacer de enlace, sin éxito, entre la Moncloa y Génova. Sánchez y Casado mantienen unas relaciones muy distantes en las que, además de la visceralidad en su cruce de acusaciones, el Gobierno intenta presentar al PP como acólito de Vox.

El objetivo de romper la coalición asumen en Cs que es materialmente imposible, entre otras razones porque Pablo Iglesias está dispuesto a renunciar a todas sus banderas sociales y políticas con tal de mantenerse en el poder. Como decía muy gráficamente uno de los negociadores de Ciudadanos «la domesticación a la que está sometiendo el socialista a Podemos es asombrosa, y Pablo Iglesias va a tragar con lo que sea porque ni se plantea dejar el Ejecutivo».

Hay un dato curioso en las negociaciones: a pesar de lo especulado, en ningún momento el partido de Arrimadas ha planteado a los socialistas que deben romper la coalición con Podemos si quieren llegar a algún tipo de acuerdos con Cs, ni los socialistas han planteado a los naranjas que deben romper los gobiernos regionales y municipales en los que se han coaligado con el PP si quieren alcanzar acuerdos con el PSOE. Y, como ya se ha apuntado, hasta el momento, no se ha hablado sobre los Presupuestos y las condiciones que exigirían Ciudadanos para su aprobación. 

 

No hay 'pasta'

Para Ciudadanos es importante que en las nuevas políticas económicas del Gobierno no se arremeta contra las clases medias con medidas fiscales que dejen a millones de familias sin posibilidad de sacar la cabeza, y que tengan especial sensibilidad hacia las pequeñas y medianas empresas y los autónomos. Tienen la sensación de que lo que más le preocupa hoy a Sánchez es que no tiene dinero suficiente para abordar todas las iniciativas que Iglesias pretende llevar a cabo. «No hay pasta. O nos llega de Europa o no hay nada que hacer». En Bruselas, Garicano está trabajando de forma muy activa con los socialistas y con Esteban González Pons por parte del PP. La Comisión siente una gran desconfianza hacia un Gabinete del que forma parte Podemos, y el presidente lo sabe. «Sánchez, por tanto, tendrá que meter en cintura a Iglesias, porque si no lo hace peligran las ayudas europeas».

Días atrás, Edmundo Bal decía que su partido no apoyaría los Presupuestos Generales del Estado si Sánchez mantenía la mesa negociadora catalana. Poco después, en el avión que le llevaba a una reunión europea, el presidente comentaba que esa mesa se reuniría en julio, aunque no asistirían ni Torra ni él mismo. La reacción de Bal fue declarar algo así como que ya se vería si se reunía esa mesa y en qué condiciones.

La idea que manejan en Ciudadanos es que Moncloa dará largas a la cita para dar tiempo a que Torra convoque las elecciones catalanas, excusa perfecta para que el Gobierno alegue que no se puede convocar el diálogo en período electoral. El segundo escenario, que les gusta menos, es que se convoque la mesa, se inicie la primera reunión y, por una razón o por otra, se levanten los negociadores porque es imposible el diálogo.

De la misma manera que Edmundo Bal es la persona clave de las negociaciones que se han mantenido hasta ahora y que se han basado en conseguir los apoyos para prorrogar los estados de alarma, en la Moncloa es Félix Bolaños, secretario general de la Presidencia, quien lleva el peso. Ni Calvo, ni Adriana Lastra, ni Iván Redondo. 

Bolaños es, cada día que pasa, más hombre fuerte en Moncloa. Cuando se inicien las negociaciones sobre los Presupuestos, por parte de Cs aparecerá en escena Luis Garicano, desde Bruselas y desde Madrid, probablemente con Nadia Calviño como principal interlocutora aunque los PGE debe presentarlos la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. 

Tendrá también papel la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, de Podemos, alejada de la posición de su partido respecto a la derogación de la reforma laboral.

Ciudadanos, con solo 10 escaños, estaba llamado a ser un partido irrelevante, pero Arrimadas no se rinde, y ha puesto a su gente a negociar con Moncloa para cumplir su objetivo: un Gobierno constitucional sin Podemos y apoyado desde fuera por PP y Cs.