Declara que la forzó en un callejón con amenazas

Pilar Muñoz
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El acusado, de 21 años, afirma que mantiene con la denunciante relaciones sexuales desde los 12 años y que en marzo de 2018 fueron «plenas y consentidas» en tres ocasiones

Declara que la forzó en un callejón con amenazas - Foto: Tomás Fernández de Moya

Se conocieron cuando ella tenía 12 años y él uno más. Empezó el tonteo, el primer beso y de ahí pasaron a los tocamientos. «No éramos novios, sólo teníamos una relación, un juego sexual consentido» hasta marzo de 2018. Hasta aquí la versión de Víctor G. R., de 21 años, coincide con la de Alba L. Q., de 19.

Después cambia radicalmente. Él, que lleva más de un año en la cárcel por estos hechos y puede pasar hasta 15 encarcelado, asegura que las relaciones sexuales que han mantenido han sido consentidas y ella lo niega.  Ayer, delante de un biombo para evitar la confrontación con el joven al que ha sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, declaró que eran amigos y que efectivamente el año pasado mantuvieron dos relaciones consentidas, aunque en la segunda le dijo que parara porque «no me gustaba lo que me estaba haciendo». La tercera fue «una violación», declaró alto y claro, sin parpadear ni temblarle la voz. Ocurrió en Porzuna, donde residen, el 15 de abril de 2018. Ella estaba en casa de unos amigos, disfrutando de una fiesta que abandonó cuando recibió un whatsApp de Víctor en el que le pedía que fuera en su busca. Ella no quería por lo que había pasado en marzo (esa segunda relación sexual  forzada de alguna manera), pero él insistió bajo amenaza de difundir un vídeo en el que se la veía manteniendo relaciones sexuales. Fue entonces, según la denunciante, cuando decidió acudir a la cita para aclarar las cosas, no para mantener relaciones sexuales. Al llegar, «me empujó hasta un callejón, me llevó en volandas, me arrinconó y al negarme a hacer lo que él pretendía me dio una bofetada que me dejo sorda», testificó la denunciante, quien aseguró ante el Tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial: «Levantó el puño y pensé me va a violar muerta o viva, prefiero que lo haga estando viva, dejé de llorar, de hablar, era como un  muñeco».

Con la misma rotundidad aseveró sentir miedo cuando le decía que dejara de toser. «Pensaba que tosía como señal para que alguien acudiera en mi ayuda, pero no era así. Sentí miedo. Me penetró vaginalmente, me forzó, no hice nada voluntariamente», remarcó tras aseverar que Víctor G. R., conocido como ‘Pollo’, es «muy agresivo con las mujeres y los hombres».

Alba terminó su declaración afectada y afirmó que le dijo que «las multas se pagan, de la cárcel se sale, pero la vida no se recupera».

Durante el interrogatorio reconoció que eran amigos desde los 12 años, que le había dado el primer beso, que habían tenido relaciones pero no completas hasta marzo de 2018, tres relaciones, «si tras la segunda le hubiera denunciado, la tercera no se habría producido, no me habría violado». Esa misma noche llamó a su madre, le dijo que la esperaba junto a su tía y tras contarles lo ocurrido fueron al hospital  para que la examinaran y le denunció. Ayer se celebró la primera sesión del juicio.

«Follaamigos»  El encausado, cabizbajo y en un tono más apagado, negó los cargos de violación y aseguró que la relación sexual que mantenían era un juego entre los dos, una relación consentida, «éramos follaamigos». Cuando tenía 17 años tuvieron la primera relación plena y  consentida, después la segunda y la tercera. Negó igualmente la existencia del mencionado vídeo, las agresiones y amenazas. En cuanto a los mensajes y otras frases entre ambos, el procesado dijo que obedecen «al lenguaje que ella y yo tenemos; es un juego. A veces decíamos cosas para ponernos celosillos. Me llamaba mi quesito», hecho que admitió la joven con matices, en el sentido de que era porque quedaban junto a una quesera.

La fiscal pide una condena de 11 años de cárcel, que el letrado de la acusación particular eleva a 15.