La Solana está a la espera de los resultados de las pruebas PCR a las que se ha sometido la plantilla del Conquense para saber si finalmente se juega el compromiso de la quinta jornada en el grupo por la permanencia en Tercera División, previsto para este sábado (18.30 horas) en La Moheda.

Una situación sobrevenida tras la detección de hasta diez casos positivos por COVID-19 en el Almagro, que fue el último rival del Conquense. Tras las pruebas de antígenos realizadas ayer jueves, con resultados negativos, Sanidad ha querido curarse en salud y ordenaba un nuevo cribado, pero esta vez con PCR. Si los resultados vuelven a ser negativos, el partido se jugará. De lo contrario, quedará aplazado y la plantilla conquense será confinada.

Kiko Vilches, entrenador de La Solana, reconoce que esta situación afecta por la "incertidumbre" que genera. "Ya nos pasó en el partido contra el Quintanar, cuando nos enterábamos que era plazado un viernes por la noche", recuerda el técnico amarillo. Su deseo es que el encuentro se juegue, para no tener que buscar una fecha entre semana.

En lo deportivo, "nos jugamos más que ellos y tenemos que aprovecharlo porque si ganamos dormiríamos salvados, cuando esta segunda fase la comenzábamos a seis puntos de los puestos de permanencia, y eso nos daría mucha moral", afirma Kiko Vilches, que advierte que el Conquense "es un equipazo".

Salvo las molestias de Raúl, toda la plantilla está en buenas condiciones de afrontar este improtante choque, si finalmente no es aplazado.

Los solaneros vienen de ganar en Madridejos (0-1), mientras que el Conquense empaba en casa con el Almagro (3-3) en su tercera jornada seguida sin ganar.