La primera gran actuación del belga Eden Hazard, nuevo referente madridista, dio el triunfo ayer al equipo de Zidane en la visita al Red Bull Salzburgo (0-1), explotando una asociación que promete buen fútbol con Karim Benzema, en una primera parte de luces y una segunda de sombras.
Apostó el técnico por tres centrales y dos carrileros para poner freno a la sangría de goles de pretemporada. El estreno de Militao aumentó el poderío físico, arropado por Ramos y Varane; el regreso de Casemiro colaboró a la vuelta del equilibrio. Fue un Real Madrid diseñado para correr y es donde disfruta Benzema, quien conectó a la perfección con Hazard.
A los 19 minutos, el belga rompía la igualdad. La orden de correr venía del vestuario y la interpretó bien Courtois. Tras blocar un centro, sacó con rapidez, incluso lanzándose al frente para evitar rivales, Benzema puso la visión y Hazard la magia. Recorte hacia la derecha y latigazo a la escuadra.
Premió los mejores momentos blancos en el partido. El bloque austríaco apenas llegaba con centros laterales sin remate o a balón parado. El sistema con tres centrales liberó a Marcelo de parte de sus tareas defensivas y asomó siempre con peligro, encontrando con frecuencia a Hazard.
El cuadro merengue cambió su imagen tras la reanudación. Perdió frescura, acusó el cansancio y los cambios en el bloque rival modificaron el panorama.
Le faltó acierto al Salzburgo y le sobró dominio. El Madrid acabó defendiendo su segundo triunfo de la pretemporada tras mostrar leves síntomas de mejoría.