Crónica de un batacazo anunciado

Diego Izco (SPC)
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El Barça no ejecuta el milagro (ganar en Múnich) y encaja otra goleada en la dura colección de noches negras europeas. La batalla y el barro: donde el Atlético obtuvo su gloria... y donde halló el pase

Gerard Piqué pugna un balón con Müller. - Foto: PHILIPP GUELLAND

Cada año, desde 2017, un poquito menos. Como la araña del chiste, a la que el científico iba quitando patas hasta que no podía moverse, el Barça iba compareciendo en Europa cada vez más mermado... hasta que se consumó el fiasco:eliminado a las primeras de cambio 20 años después. Todo fueron pistas (Roma, Liverpool, Juventus, PSG, Bayern...) y ninguna la reacción, así que lo de esta semana era la crónica de un fiasco anunciado. Pero no una crónica basada solo en la imposibilidad física de que el Barça pudiese ganar en Múnich, sino también en todos los síntomas presentados durante cuatro temporadas de erosión y declive. De «gestión», como dijo Piqué en la víspera del partido, sellado con otra goleada sonrojante no tanto por el qué (tres goles) sino por el cómo: la manifiesta superioridad de un Bayern que, ya clasificado, goleó sin pisar el acelerador. La realidad de este Barça, «cruda realidad» según Xavi, ya se disputa los jueves. 

la pelea. El Atlético no se ganó su fama trazando bellas hipotenusas sobre el césped o acaparando la pelota en posesiones barrocas, sino convirtiendo los partidos en ejemplos de incorrección política:la bronca, la interrupción, el juego áspero de pierna dura, de carrera intensa, de inmensa solidaridad defensiva... un fútbol pendenciero que necesitaba recuperar para dedicarse una noche histórica. Enfrente había especialistas (Pepe), pero el director de orquesta visitante (Simeone) lleva mucho tiempo jugando: esta semana se cumplían 25 años del infame pisotón del argentino al muslo de Julen Guerrero. Cinco rojas (tres a jugadores, dos a técnicos), varias paradas de Oblak, apenas un 35 por ciento de posesión, casi 30 faltas... de una batalla así tenía que salir ganador el 'Atleti'. 

los que no fallan. Le dirán que tenía a dos 'marías' en el grupo (Shakhtar y Sheriff) y que el Inter es un equipo sin alma (que lo es), que le tocará el Salzburgo en octavos y luego otra vez el más débil o uno muy debilitado por las lesiones y las sanciones, y goleará Mariano, y probablemente vuelva a plantarse en semifinales sin que nadie se explique cómo es posible que pasen las generaciones y sigan sin fallar. Treinta fases, 30 clasificaciones (18 como primero). El Real Madrid es el equipo con el que nadie quiere contar... pero tampoco enfrentarse. 

Trece de 16

Terminó la primera fase, esa que inventaron para sacar mucho dinero y que ninguno de los 'gordos' quedase afuera. O casi todos. De hecho, las quinielas mayoritarias sobre quiénes iban a ser los 16 equipos clasificados únicamente han tenido dos bajas de escándalo (Barça y Dortmund) y una 'insospechada': el Sevilla. Los andaluces, ubicados en el grupo más asequible junto a Salzburgo, Wolfsburg y Lille, no han dado la talla cuando el pase a octavos estaba cantado (¡y presupuestado!). Todo lo demás, según los pronósticos... incluso que el PSG iba a ser segundo por detrás del City, un conjunto con menos individualidades, sin embargo, más cuajo y patrón de juego. Con lo que no contaba nadie era con el segundo puesto del Chelsea: parisinos y londinenses provocarán que el próximo lunes, en el sorteo, más de un brillante campeón de grupo se lleve el gran soponcio.