Investigar para avanzar

M.Lillo
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Las dos primeras jóvenes que han sido becadas por la AECC están inmersas en dos proyectos para tratar de arrojar luz sobre el cáncer

Investigar para avanzar - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Escrutan cada molécula que interviene en el cáncer, cada parámetro que está en la hoja de ruta de esta temida enfermedad, cada factor que pueda ser la llave para abrir la puerta a una solución a esta dramática patología que sólo con pronunciar su nombre estremece. Saben que el enemigo es inmenso, como la lucha de David contra Goliat, pero que si no luchan, la batalla ya está perdida. Saben de las dificultades para arrojar luz sobre el cáncer pero también de los avances logrados y que el único camino es utilizar las armas que ofrece la investigación. Raquel Bodoque y Sonia Muñoz son las dos jóvenes que desarrollan los primeros proyectos de investigación en Ciudad Real que están sufragados por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), una de las principales líneas de actuación de esta organización.

Raquel tiene 24 años, estudió Bioquímicas en Toledo, cursó un año de Erasmus en el Instituto de Investigación del Cáncer en Londres y es máster en Biomedicina Experimental. Su proyecto se centra en el cáncer de páncreas, la cuarta causa de mortalidad de todos los tipos de cáncer y para el que menos de un 20% de los pacientes tienen una opción quirúrgica curativa y en aquellos que la tienen no superan los cinco años de supervivencia, detalla esta joven para reconocer a renglón seguido que, junto al cáncer de pulmón, es «de los peores». «El problema es que no hay detección precoz para este tipo de cáncer y que el riesgo de metástasis es mayor, por lo que ya se pilla más avanzado y las posibilidades de supervivencia son menores», explica.

En su proyecto, que se desarrolla desde la Unidad de Investigación Traslacional del Hospital General de Ciudad Real se han centrado en las células madre tumorales CD133 y CXCR4 positvas, «que son resistentes a la quimioterapia, se quedan en estado latente, no les afecta la quimioterapia y cuando se termina el ciclo, se activan», dijo al tiempo que lamentó que incluso aunque se quite el páncreas o la zona dañada del mismo, consiguen atacar. «Nosotros estamos intentando, porque es muy complicado, aislar esas células, que en realidad son cultivos primarios y que hasta que crecen tardan meses, tienen riesgo de contaminación y cuesta mucho que crezcan», para después utilizar diferentes combinaciones de fármacos para tratar de combatirlas.

Investigar para avanzarInvestigar para avanzar - Foto: Rueda VillaverdeSonia por su parte tiene 23 años, estudió Biología en la Universidad de Alicante y es máster en Biomedicina. Se vino a Ciudad Real donde desde mediados de enero desarrolla un proyecto de investigación en la UCLM que estudia los mecanismos de acción de dos moléculas que están en la dieta, el resveratrol y el santumol, el primero de los cuales está en la uva o los cacahuetes y el segundo en el lúpulo, en la cerveza, comenta esta joven que agrega que estas moléculas tienen «unos efectos antioxidantes y antitumorales». Agregó que está trabajando con células Hela, células tumorales de cuello uterino y explicó que hace poco su grupo ha descubierto «que el resveratrol se une a los receptores de adenosina y los modula», de manera que espera que con esta investigación «se puedan dilucidar esos mecanismos de acción y poder aportar nuestro pequeño granito de arena».

«Yo no le voy a decir a un paciente de cáncer que con esta investigación se va a curar, porque no es así y tampoco se pueden dar falsas esperanzas», dijo para subrayar después que la investigación no obstante «es la solución a todas las enfermedades y si no invertimos ahora para poder combatirlo y poder prevenirlas, dentro de unos años, o igual es muy tarde, porque los casos habrán aumentado y cada cáncer es distinto y evoluciona de manera distinta, o igual se gasta más dinero en el tratamiento en unos años que si se invierten ahora en prevención o en investigación».

De este modo, ambas jóvenes alabaron la iniciativa de la AECC para conceder estas becas, que tendrán una duración de tres años, ampliables a cuatro. En concreto, el presidente de la organización en Ciudad Real, Félix Peinado, explicó que destinarán 195.000 euros a estas becas de investigación que se financian gracias a las aportaciones que se realizan a la AECC mediante las cuestaciones que desarrollan en la calle o en los diversos actos que llevan a cabo. Además, recordó que otra parte importante de los fondos van a sufragar ayudas directas de pacientes o familiares de enfermos de cáncer.

«Los voluntarios son el corazón de la organización y los socios son su motor», detalló Peinado en referencia a una organización que cuenta en la actualidad con 4.837 socios y que tenía clara su apuesta por la investigación del cáncer y por hacerlo con proyectos que se desarrollan en Ciudad Real.