«El desabastecimiento de medicamentos nos preocupa mucho»

Hilario L. Muñoz
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Entrevista al presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha.

Francisco José Izquierdo, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El socuellamino Francisco José Izquierdo inicia su segundo «y último» mandato, en sus palabras, al frente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la región con la intención de cumplir los objetivos previstos al inicio del proyecto. «Con ocho años va a ser suficiente para cumplir toda la idea que tenía esta junta de gobierno de cómo tenía que ser nuestro colegio profesional», avanza.

¿Cuáles son esos retos que faltan por cumplir en estos cuatro años?

Le estábamos pidiendo a la farmacia que diese un paso hacia un concepto de farmacia asistencial, a ofrecer servicios profesionales, y el colegio se había quedado un poquito a la retaguardia. El principal objetivo de los primeros cuatro años fue dar ese paso, porque el colegio tenía que ser el primero en adaptarse para luego ofertar una serie de servicios profesionales que estuviesen acorde a lo que entendemos que se tiene que hacer y cómo se tienen que hacer las cosas. En el primer mandato, tuvimos que alterar la estructura del colegio, contratamos un nuevo farmacéutico, encargado de ayudar al farmacéutico en la implantación de servicios, que fue el formador colegial, el ‘foco’ como lo llamamos nosotros. En este segundo mandato lo que vamos a hacer es engordar esa cartera de servicios. Ya hemos empezado con uno, capacitando farmacéuticos para ofrecer un servicio de sistemas de dosificación personalizada a pacientes, donde se medirá la adherencia al tratamiento y nos preocuparemos por dar educación sanitaria al paciente para que conozca y cumpla con su medicación. El Colegio va a ofrecer una formación mucho más intensa y aparte, se va a preocupar de que estas farmacias que piden ser certificadas cumplan un protocolo de actuación según entendemos que se debe realizar este servicio dentro de la oficina.

En este final del primer mandato se han desarrollado aspectos novedosos, como la campaña de celiaquía, y otros cambios en el mundo de la farmacia, ¿no es así?

Lo que hemos intentado desde el colegio y desde el Consejo Autonómico ha sido que la administración comprenda que el farmacéutico es un profesional sanitario capacitado y con las actitudes necesarias para intervenir en campañas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. En este contexto, la Administración nos mostró su inquietud de hacer algo con los celíacos y se implantó en la región una campaña de información, en la que participan las aproximadamente 1.300 farmacias de Castilla-La Mancha, junto a una campaña de formación a todas esas personas que quieran estar interesadas en ese gran desconocido que es la enfermedad celíaca. Lo que se ha creado es una red de expertos farmacéuticos que están recorriendo la región dando charlas a cuidadores, profesionales que trabajan con alimentación y que quiere ofertar productos sin gluten. Dentro de esta red de expertos hay más de 200 farmacéuticos en toda la región y hasta el momento está siendo un éxito. Otras campañas, como la que estamos sacando ahora de alergias son comunes en el mandato del colegio de Ciudad Real, que se caracteriza porque siempre hemos traído a los mejores a formar a nuestros profesionales ya que entendemos que una profesión como la de farmacéutico tiene que estar en continuo reciclaje.

Dentro de ese reciclaje del que habla, usted mismo inicia mandato con una ley nueva. ¿Qué cambios va a haber con el nuevo decreto regional?

Ya estamos atendiendo a los primeros cambios porque hace incidencia a los horarios y esto afecta también a las guardias de las poblaciones, más en la distribución, cómo se reparte entre las farmacias, porque las guardias se harán a partir de las horas que una farmacia esté abierta. El ciudadano no va a tener ningún problema porque siempre hay una cruz verde encendida en cualquier parte de la región, pero sí en cuanto a horarios. Se ha regulado sobre el horario mínimo oficial, aunque cualquier farmacia puede ampliar el horario, pero dentro de unos módulos que ha marcado la administración. El decreto regula todo lo que concerniente con la oficina de farmacia. Actualmente estamos sentados con la administración y con nuestra Dirección Provincial de Sanidad para ver cómo se aplica toda esa normativa y ayudar también a los farmacéuticos a que cumplan.

¿Este texto frena cualquier posibilidad de liberalización del sector?

La liberalización no era algo a lo que tuviera que hacer referencia el decreto de ordenación de farmacias, pero en España se ha parado esa corriente que decía que la propiedad no tenía que estar vinculada a la titularidad de la farmacia. Se paró porque, al final, la administración comprendió que en España tenemos una de las mejores redes de servicio farmacéutico a la población. Esto es gracias a esa vinculación que se hace de propiedad y titularidad, que el propietario de la farmacia tiene que ser un farmacéutico. Lo que se ha visto en otros puntos donde no está vinculada esta asociación es que al final se crean grandes cadenas de farmacias que miran más por el negocio que por el paciente y se concentran en zonas más urbanas quedándose en las zonas rurales sin el servicio de oficina de farmacia. Con el sistema actual, el 99% de la población tiene un profesional sanitario a la vuelta de la esquina y esto es importante porque, tal vez en las zonas más urbanas tengamos más acceso al centro de salud o al hospital, pero, en zonas muy rurales, el farmacéutico es, muchas veces, el único profesional sanitario en la población y se comporta como puerta de acceso al Sistema Nacional de Salud. Tener un farmacéutico accesible las 24 horas del día es algo que la población debe valorar.

¿Se puede mantener el sistema de farmacia en un periodo en el que la población rural se muda a la ciudad ?

Se puede mantener la red actual de farmacias siempre y cuando no intervengamos con acciones que puedan desestabilizar la viabilidad de la oficina de farmacia. Actualmente tenemos en Castilla-La Mancha 175 farmacias en riesgo real, que quiere decir que si no están dentro, están cerca de la viabilidad económica comprometida. De ellas 102 son únicas en su municipio y 52 se encuentran en municipios sin consulta médica, donde el farmacéutico es el único profesional sanitario que el paciente tiene cerca. Esto quiere decir que seguir desarrollando medidas que afecten a la estabilidad de la farmacia puede afectar a 90.000 pacientes en nuestra región que se quedarían sin una farmacia en su municipio y 23.000 pacientes que se quedarían sin ningún profesional sanitario cerca. Esto es algo que debemos considerar desde las administraciones y que debemos cuidar; al final es un gran servicio que se le está prestando a la población y que no supone un gasto excesivo a la administración.

El decreto regional abre también la puerta a un posible concurso o la apertura de nuevas farmacias...

Eso es bueno y los concursos tienen que realizarse porque hay zonas que crecen en habitantes y cuando esto ocurre se debe abrir una oficina de farmacia. Lo que queremos es que ese concurso se haga con responsabilidad, que no se abran farmacias en lugares donde sabemos que están condenadas a entrar dentro de la viabilidad económica comprometida y que al final se ponga en riesgo la estabilidad de la red. Para esas zonas hay una solución que ofrece las mismas garantías y que es la figura del botiquín, que está atendida por una farmacia cercana al núcleo de población con el mismo servicio que tiene cualquier ciudadano.

¿Se prevé el cierre de farmacias en el decreto?

Necesitamos ver el mapa farmacéutico para saber si habrá algún cierre. Hasta que no salga la orden del concurso y el mapa,  que indique dónde tiene que haber una oficina de farmacia en cada en cada núcleo no sabremos lo que pasará.

¿Qué está pasando para que haya desabastecimiento de algunos medicamentos en las farmacias?

Los desabastecimientos son un problema global. No solo pasa en España sino en todos los sitios del mundo. Las posibles causas de estos desabastecimientos son que se concentra la fabricación de ciertos principios activos en una planta de producción, con los que se limita la posibilidad de producir; que se incremente la demanda en un momento puntual y esto ocasione que existan desabastecimientos; y luego en España tenemos un añadido, que es la política de precios que hay. El farmacéutico, lejos de ser parte del problema es parte de la solución. La mayoría de estos medicamentos que están desabastecidos se pueden sustituir por el mismo principio activo, por un genérico u otra marca; en otros casos se soluciona mediante la formulación magistral, se preparan en la misma oficina de farmacia; y, en los casos, en los que ese medicamento no sea susceptible de ser sustituido, porque no tenga genérico o marca con la misma composición, acudimos al medicamento extranjero. Es un problema que nos preocupa y mucho porque afecta a muchos pacientes y esto no había pasado nunca, que las estanterías estuviesen vacías.

¿Cómo ha mejorado la receta electrónica la vida del paciente?

La receta electrónica no ha parado de evolucionar y hace poco hemos terminado de implementar todos los ajustes necesarios para ser interoperables con el resto de comunidades autónomas, la última, Madrid. El paciente, al final, se puede mover libremente por todo el territorio nacional con su tarjeta en el bolsillo y va a poder sacar su medicación en cualquier punto de España. Creo que eso supone una gran ventaja.

¿Cómo están los pagos con la administración?

Al corriente, de esto ya ni hablamos.

¿Cómo ve el futuro de la homeopatía? Con la línea actual del ministerio de Ciencia hay un ataque para que desaparezca...

El farmacéutico es el especialista del medicamento y mientras la Agencia Española del Medicamento tilde como medicamento muchas de estas especialidades, nosotros consideramos que deben estar en la farmacia. El farmacéutico no solo cubre una faceta, digamos, de dispensación, la mal llamada entrega de medicamentos, sino que hace un seguimiento y valora qué está tomando el paciente, para qué y si está siendo efectivo y seguro. En estos casos es bueno que esté en la oficina de farmacia porque hay muchos pacientes que, en un momento determinado, deciden abandonar su medicación tradicional para agarrarse a ese último clavo ardiendo que podría ser la homeopatía. En estos casos y gracias a que ese medicamento sigue en la oficina de farmacia, el farmacéutico es el último profesional sanitario que ve el paciente y es garante que en ese momento, cuando detecta una situación de estas características, de hacer la educación sanitaria para que en ningún caso abandone su tratamiento habitual. Es muy importante que el farmacéutico esté en ese último paso en el que el paciente quiere iniciar nuevos tratamientos. Por este motivo yo creo que es importante que ese medicamento, aún tildado como medicamento, siga en la oficina de farmacia.

¿Qué tiene que llegar a las farmacias en los próximo cuatro años?

Nosotros vamos a seguir teniendo la mano a la administración para trabajar junto a ella en todos los aspectos relacionados con el medicamento, la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. La administración va a encontrar en la farmacia un aliado siempre, porque al final el farmacéutico es un profesional sanitario con una gran vocación de servicio público que está comprometido con el paciente. Nosotros trabajaremos con la administración en todo lo que nos llamen, porque entendemos que la farmacia, aparte de tener a un profesional sanitario cualificado, es un lugar accesible para la población y siempre hace que la difusión de cualquier campaña tenga una mayor repercusión. Hay muchas cosas donde trabajar: ya lo hemos hecho con el cáncer de colon y el cáncer de cérvix, hemos trabajado con la administración en celiaquía, se han abierto puertas que esperemos que se mantengan y se incrementen.