El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, aseguró este jueves que llega a la cumbre europea, que se celebra hoy y mañana en Bruselas, con voluntad de "hablar" para resolver el conflicto generado por el Tribunal Constitucional de su país sobre la prevalencia del derecho local sobre el europeo.
"No actuaremos bajo la presión del chantaje, estamos listos para el diálogo. No estamos de acuerdo con el alcance cada vez mayor de las competencias europeas, pero queremos hablar para resolver las disputas actuales de común acuerdo y con diálogo", dijo Morawiecki en tono conciliador en una declaración en polaco a la prensa.
El primer ministro polaco incidió en que su país no puede aceptar que competencias que no han sido delegadas a la Unión Europea (UE) en los tratados, "como cuestiones de seguridad o cuestiones relacionadas con el deporte", puso como ejemplo, sean reguladas por la Comisión Europea (CE) o el Tribunal de Justicia de la UE. "No estamos de acuerdo con esto", subrayó.
Por eso, consideró "importante subrayar" lo que dijo en el pleno del Parlamento Europeo el pasado miércoles: "algunas instituciones europeas se arrogan el derecho a decidir sobre competencias que no les han sido transferidas", insistió.
Y mirando fijamente a las cámaras, justo antes del comienzo de la cumbre, denunció que esas instituciones europeas "se confieren a sí mismas poderes que los tratados no les otorgan".
En los tratados europeos, continuó, los Estados miembros han asignado un "determinado catálogo de competencias" a la UE, y Polonia, acotó, "reconoce la supremacía de las normas de la UE sobre la legislación nacional en todos aquellos ámbitos en los que las competencias se han transferido a la UE".
El político ultraconservador mantuvo que los polacos son "tan fieles al Estado de Derecho como cualquier otro país o que las instituciones de la UE".
"Desde el punto de vista legal, Polonia no percibe diferencias entre nosotros y otros países de la UE", recalcó.
No obstante, recordó que su gobierno ha presentado planes para reformar el poder judicial, "que podrán solucionar alguno de los recelos que han surgido" en el resto de la UE.
Para Morawiecki, el tema más importante a tratar en la primera jornada de la cumbre es el aumento "vertiginoso" de los precios de la energía y que puede reducir "significativamente" el crecimiento económico en Europa.
La decisión de Tribunal Constitucional polaco de cuestionar la primacía del Derecho europeo, uno de los grandes principios de la Unión Europea, ha generado una crisis abierta entre Varsovia y Bruselas que va a concentrar buena parte de la atención de la cumbre de jefes de Estado y/o de Gobierno de los Veintisiete que se celebra hasta mañana en la capital belga.
Apoyo de Hungría
Por su parte, el primer ministro ultranacionalista húngaro, Viktor Orbán, dijo hoy a su llegada a la cumbre europea que apoya plenamente la visión de Polonia en cuanto a la primacía del derecho nacional sobre el europeo y descartó que haga falta adoptar sanciones contra Varsovia.
"Polonia es el mejor país de Europa. No hay necesidad de adoptar ninguna sanción, es ridículo", dijo a su llegada Orbán en declaraciones a la prensa.
Insistió en que por su tradición democrática, Polonia está entre "los mejores" de la UE y que no hay razón alguna para actuar en su contra.
A su parecer, en la UE no existe una "Guerra Fría", ni se están "creando bloques", sino que se están "construyendo alianzas" entre países que coinciden en ciertas ideas.
"Cuando coincidimos en algo importante para nuestra población, creamos alianzas. Es la lógica que estamos utilizando aquí", dijo.
El mandatario húngaro calificó de "excelente" el discurso de su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, esta semana en el Parlamento Europeo, y lo respaldó en la idea de que el Derecho nacional prima sobre el europeo.
"Los polacos tienen razón (...) la ley nacional tiene primacía", apuntó.
"La primacía del Derecho Europeo no está en los Tratados", subrayó el mandatario húngaro, que añadió que la UE solo tiene ciertas competencias y que las instituciones europeas se están atribuyendo derechos de los Gobiernos y Parlamentos nacionales y modificando el Tratado de la UE, "sin legitimidad para hacerlo".
Añadió que la "división real" en la UE se encuentra "entre el sentido común y la fantasía", y dio como ejemplo de esa situación lo que ocurre con los precios de la energía.
Lo que (el vicepresidente de la Comisión Europea) Frans Timmermans y otros proponen, dijo en referencia a las medidas para lograr una UE neutra en emisiones de carbono, "mataría a la clase media en la UE, haría subir los precios", cuando "las familias está ya sufriendo", consideró.