Alzar la vista y divisar un vasto horizonte. El monte autóctono bajo los pies y el cielo infinito completando un marco privilegiado de naturaleza a escasa distancia del núcleo urbano. Cruces de caminos, con rodadas de bicicletas, de coches, de pies que buscan su camino, de huellas que dejan difuminado su surco en un bosque inmenso aún por explorar. La Atalaya se abre ahora a un nuevo mundo de posibilidades tras la adquisición de las más de 400 hectáreas de terreno que estaban en manos del Reino de Don Quijote y a los que optó el Ayuntamiento mediante una puja que supuso un desembolso de 700.000 euros.

Tras esa nueva realidad, plasmada en la firma de adquisición del suelo el pasado martes, la Concejalía de Medio Ambiente está diseñando un proyecto que pretende aprovechar todo este potencial de naturaleza en estado puro que ahora se suma al centenar de hectáreas que ya tenía el Consistorio en propiedad. En total, casi 600 hectáreas. Por delante, un sinfín de posibilidades que se plasmarán en un proyecto con conexiones y señalización de rutas para ciclistas y senderistas.

En concreto, el Ayuntamiento quiere enlazar las actuales rutas, tres, que se pueden realizar en el pulmón verde que ha configurado hasta ahora La Atalaya, con los caminos y sendas que hay en las 400 hectáreas adquiridas para ampliar así las posibilidades de las rutas, más de 20 kilómetros que se estima que se sumarán a esta red natural que se tejera con un proyecto cifrado en unos 100.000 euros. Así lo detalló a esta diario la concejala de Medio Ambiente, Mariana Boadella, quien indicó que el proyecto contemplará la señalización de rutas, la instalación de hitos kilométricos, la prohibición del tráfico de vehículos o la creación de nuevos accesos, así como la retirada de parte de la valla instalada en un lateral del núcleo actual del parque, donde crearán dos nudos de conexión con las rutas de la nueva zona, una a la altura del aparcamiento y otro de la curva del camello, de camino a la zona de las antenas.

Conociendo los caminos de la 'nueva' Atalaya - Foto: Rueda VillaverdeEl proyecto, que confía en que este terminado «antes de final de año» para su posterior licitación y adjudicación, pretende abrir a la ciudad los caminos y sendas que hasta ahora estaban en el ámbito de la titularidad privada, aunque hay quienes los utilizaban, para disfrutar de la riqueza que ofrece este parque. En este sentido, Boadella destacó la «gran biodiversidad» que tiene La Atalaya, tanto en fauna como en flora.

«Es un bosque autóctono, muy rico y muy conservado», detalló la edil del área al tiempo que detalló que para disfrutar de este entorno natural se utilizarán los miradores que actualmente hay disponibles, mientras que se intervendrá en los antiguos depósitos del Reino para evitar la posible peligrosidad que implican. En La Atalaya se han localizado hasta 270 especies de flora y se han avistado 83 especies de aves, principalmente rapaces nocturnas, lo que es una muestra de su «biodiversidad».

El proyecto de conexión de las distintas rutas para ciclistas y senderistas se complementará con la creación de puntos de intersección de los diferentes caminos, al igual que la Concejalía baraja la organización de actividades relacionadas con la naturaleza y su conocimiento por parte de escolares y vecinos o reactivar la terraza-bar que había. De cara a su conservación, el Ayuntamiento tiene intención de solicitar la consideración de monte de utilidad pública, con la finalidad de que dicha administración pueda ayudar también en su mantenimiento. Antes de la puesta en marcha de este proyecto, que incluye el control, la inspección y señalización de las rutas, se llevará a cabo una limpieza de algunos de los vertidos o suciedad que se ha detectado en el parque.

Lo que descarta el Ayuntamiento es la creación de un carril-bici paralelo al propio carreterín de La Atalaya debido a que requiere de expropiaciones y señala posibles alternativas por otras zonas y accesos que se establecerán. El objetivo del Medio Ambiente es el disfrute de este gran pulmón verde.