El derecho a ser cuidado

Hilario L. Muñoz
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Este sábado se celebra el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, una jornada con la que se quiere recordar la necesidad de dotar de calidad y de recursos a la asistencia de las personas que tienen una enfermedad avanzada

El derecho a ser cuidado - Foto: Tomás Fernández de Moya

Los cuidados paliativos son uno de los grandes desconocidos en la atención sanitaria. El tratamiento de una persona al final de la vida o cuando hay una enfermedad avanzada se trata de un aspecto clave y vital y, por este motivo, este 12 de octubre la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal) y la Asociación de Enfermería de Cuidados Paliativos (Aecpal) celebran el Día Mundial de esta atención bajo el lema Mi Cuidado, Mi Derecho. Se trata de una campaña con la que se busca destacar que los ciudadanos asuman el protagonismo a la hora de reclamar unos cuidados paliativos de calidad dentro de la cobertura sanitaria universal.

La doctora en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital General Universitario de Ciudad Real, Teresa Salcedo, pone el acento en que se trata de evitar que los pacientes y familiares vean los paliativos como «la situación de últimos días» previos a la muerte y enfocarlos a un estado de «enfermedades avanzadas». «Trabajamos mucho con el paciente, en la mejora de su calidad de vida», argumenta como un modo de explicar que las personas que son mandadas a la unidad y su entorno no deben dar la espalda al cuidado paliativo, pensando en que el familiar va a fallecer muy pronto. Se trata, recuerda Salcedo, de que se «va a dar una calidad de vida al paciente» y se va a aportar «una respuesta integral al paciente» desde todos los aspectos de su vida.

Para exponer esta situación desde la Secpal se ha recordado que la OMS reconoce trece derechos básicos para los pacientes y familiares que se encuentran en esta unidad. Hay aspectos tan básicos como el derecho a «obtener la atención de profesionales, incluso si los objetivos de curación deben ser cambiados por objetivos de confort» o a «ser cuidado por personas sensibles y competentes que van a intentar comprender las necesidades y que serán capaces de encontrar algunas satisfacciones ayudándolo a entrenar con la muerte». Igualmente hay derechos sobre el respeto de las creencias personales o del cuerpo una vez fallecido, así como aspectos básicos del final de la vida tales como a no morir solo, a ser liberado del dolor, a obtener una respuesta honesta ante cualquier pregunta, a no ser engañado o a recibir ayuda de la familia y para su familia en la aceptación de la muerte.

Son aportaciones para mostrar que una enfermedad avanzada y el envío a paliativos no es sinónimo de desahucio sino que «hay unos cuidados paliativos y de confort al que todos tienen derecho y que todos los médicos y profesionales deben estar sensibilizados», explica Salcedo.

Desde el Secpal hay un segundo aspecto en el que pone el acento este año como es la diferencia entre comunidades en la atención de paliativos. Salcedo apunta que esta situación no ocurre en la GAI de Ciudad Real donde hay «un equipo muy bien dotado» y doce camas para atender a estos pacientes. A esta atención se suma la atención en su propio domicilio que ofrece la unidad de paliativos. No hay solo estos cuidados en Ciudad Real sino que también se dan en Manzanares y Valdepeñas, como muestra de la buena situación en estos tratamientos que tiene la provincia.