Campo e industria ganan peso como llave de acceso al empleo

R. Chavarri
-

El hundimiento de la actividad en la hostelería y el comercio dejó en el aire cuatro de cada 10 contratos firmados en los servicios en la provincia durante el pasado año.

Industria y construcción salieron al rescate laboral

Si ha habido un sector económico afectado por la pandemia ha sido el de los servicios. Las hostelería y el comercio encabezan las demandas de ayudas directas para salir al paso de una crisis provocada por el COVID-19 que ha tenido su repercusión en el mercado laboral ciudadrealeño, que dejó atrás un 2020 convulso, en el que creció el paro y la afiliación se resintió, pero no en todos los territorios por igual. Mientras los servicios se desplomaron a la hora de cerrar contrataciones, otros, como la industria y la construcción aprovecharon ese hueco para tirar del carro del mercado que deja menos altas laborales
Ciudad Real capital es el mejor ejemplo. Si en un año ‘normal’ el sector servicios acapara más del 80 por ciento de las contrataciones, el año COVID dejó en el aire casi uno de cada tres altas laborales en estas actividades, mientras que creció el empleo en el ladrillo y, sobre todo, en la industria, que en la capital se consolidó como la segunda puerta de acceso a un empleo durante 2020. Eso sí, por cada oportunidad laboral que surgió en la industria aparecieron casi siete en los servicios, que continuó siendo el principal motor del empleo que eso sí, temporal. La precariedad sigue atenazando el mercado laboral de la capital: por cada nueve trabajos temporales apenas se consolidó uno fijo en 2020.


Más allá de la capital, considerada tradicionalmente como una ciudad de servicios, este sector también cedió terreno en Puertollano. El desplome fue del 20% en las cifras de contratos, con la menor cifra de actividad desde 2012. La mala noticia para la ciudad industrial es que precisamente la industria también sucumbió al efecto COVID, y la contratación se contrajo otro 24%. Eso sí, este sector todavía supone uno de cada cinco contratos que se firman al año en Puertollano, donde 2020 supuso un empujón para las altas en la construcción y también en el campo.

 

 


Ese incremento de la contratación agrícola en Puertollano, sin embargo, se queda a años luz de lo que supone el peso del sector primario en Tomelloso, donde más de la mitad de los contratos que se firmaron en 2020 estaban ligados al campo. Desde 2013 no pasaba eso en un municipio donde de las 16.500 altas laborales tramitadas, 9.260 tenían que ver con la agricultura o la ganadería. 

En Valdepeñas, el campo también se tradujo en oportunidades laborales, con el mayor porcentaje de la ‘tarta’ laboral firmado desde 2013 en un contexto de caída de la contratación en todas las actividades y que se centró, también aquí, en los servicios, con una caída del 38% en el sector terciario.

El salvavidas del empleo en Alcázar de San Juan llegó de la mano del ladrillo. La contratación al calor de la construcción se disparó un 51% tras caer casi un 40% los servicios, la mayor pérdida de empleo entre las grandes ciudades de la provincia. Desde 2011, el ladrillo no tenía tanto peso en el mercado laboral alcazareño, con el sector servicios que apenas supone ya el 50% del empleo creado.

En Manzanares el patrón que dejó 2020 también fue similar. Los servicios pierden empleos y los gana la construcción. En el primer grupo se perdieron el 29% de los contratos y en el segundo aumentaron casi un 40%. Otro sector que soportó la crisis fue la industria, que representa ya el 25% de las oportunidades laborales que se firman en el municipio tras calcar las cifras de contratación de 2019 en 2020. 

Otra ciudad en la que la construcción fue la tabla a la que muchas personas se encomendaron para encontrar trabajo fue La Solana. El repunte de la contratación del 45% en el ladrillo contrasta en un mercado laboral de números rojos en el resto de actividades, sobre todo, en los servicios, pero también en la agricultura, que, pese a todo, acaparó casi el 60% de los contratos firmados en 2020 en esta localidad, algo que no había pasado desde 2013.

Diferente es la realidad del mercado laboral de Daimiel. A base de contratos, este municipio se ha convertido en el primer foco de actividad laboral ligada a la industria. En ningún otro sitio de la provincia se firmaron tantos contratos en este sector como aquí, hasta 4.473. Son, por ejemplo, los mismos que los firmados entre Ciudad Real y Puertollano. Ese récord de contratación en el año COVID permite que Daimiel sea el gran municipio de la provincia que mejor soportó el tsunami de la pandemia en la contratación, eso sí, con números rojos (-3%) al ajustar las cifras con 2019 y con una temporalidad dentro de ese empleo industrial que supera el 97%.

Y si Daimiel fue el que mejor soportó la crisis, Miguelturra, dentro de los grandes municipios de la provincia, fue la que peores cifras de contratación arrastró. El número de altas laborales se desplomó un 32% en esta ciudad, con el hundimiento del sector servicios de casi el 39%. El problema aquí es que ninguna otra actividad pudo tirar de la estadística laboral.