El huevo, una carta comodín en la mesa

Juan Javier Ríos (EFE)
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Muchas veces infravalorado por ser común, este alimento sabroso, nutritivo y versátil es un básico en cualquier cocina

El huevo, una carta comodín en la mesa

Sabroso, nutritivo y vistoso, el huevo es ese alimento que muchas veces se valora poco al ser tan usual y de fácil adquisición pero no por ello deja de ser fundamental, porque es un comodín superversátil capaz de sacar de un apuro a cualquier anfitrión despistado que no haya programado bien un almuerzo o cena con amigos o familiares.

La profesora de la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid, Araceli Conty, lo tiene claro: «Es el comodín de la cocina porque, en cualquier momento, no tienes nada y siempre hay un huevo por ahí» para hacer una receta.

Tal es su importancia que tiene, incluso, un día Día Mundial para conmemorar su existencia (9 de octubre), una celebración con la que cada año se busca realzar sus elevadas propiedades nutricionales y tecnofuncionales.

La yema y la clara, por separado o juntas, dan ese sinfín de posibilidades culinarias que abarca desde la repostería, pasando por la bollería, como entrante, en un plato principal o postre y como ingrediente principal, secundario o necesario para cualquier receta.

Porque el huevo sirve para rebozar, para elaborar un mousse, para darle consistencia aglutinante a un flan, como entrante a modo de relleno, acompañando al salmorejo, frito, en tortilla, a la plancha, escalfado, duro en ensaladas y siendo esencial en toda la bollería y la repostería del mundo.

innovar. Pero más allá de las versiones clásicas de este producto, siempre se puede echar imaginación con recetas sencillas, de tan solo 10 minutos, como la que propone Conty, consistente en elaborar un paté.

La preparación arranca vertiendo en un vaso de batidora tres centímetros de mayonesa. A ello se le añade un poco de tabasco, ketchup, un chorro de zumo de naranja y licor (brandy o ron) y, a todo este conjunto, se le incorporan trozos del huevo duro y de pepinillo para posteriormente pasarlo todo por la batidora. Con esa peculiar combinación, aunque parezca mentira, se obtiene un paté que, según indica esta profesora, resulta delicioso para unos canapés o en bocadillos y sándwiches.

El Instituto de Estudios del Huevo cuenta, por su parte, con un libro en el que chef Mario Sandoval propone hasta 40 recetas entre aperitivos, primeros, segundos y postres en los que este alimento es el protagonista.

Por ejemplo, se puede plantear un menú en el que el aperitivo sea una tostada de huevo y sardina marinada; de primero, una emulsión de patata con huevo y vieira; de segundo, pastel de carne de ternera y huevo con verduras; y de postre un flan de huevo y queso de cabra.

O empezar con un pastel de perdiz guisada con huevo y avellanas; continuar como primer plato con un arroz meloso de bacalao, huevo y pimiento; de segundo, un contraste de ave y carabinero con huevo y su piel crujiente y terminar con un postre de tocinillo de cielo con mousse de yogur.

Son infinitas las opciones y muchas veces solo hace falta algo de imaginación para superar al clásico huevo en tortilla, frito o cocido.