Vinícius y el ostracismo

Diego Izco
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El joven atacante brasileño, la única esperanza a la que agarrarse en la desastrosa temporada 18/19, se quedó fuera de la convocatoria del Real Madrid ante el Paris Saint-Germain por cuarta vez en la 19/20

Vinícius y el ostracismo

Vinícius, fuera de la convocatoria. Cuarta vez esta temporada, casi alejándose definitivamente de la categoría de «noticia». ¿Hay caso Vinícius? Tal vez parte de la respuesta esté en la sexta jornada de Liga: sus lágrimas eran las de un niño desquiciado por la presión. Vinícius acababa de marcar un gol. Era el minuto 35, el 1-0 del Real Madrid sobre Osasuna, y la celebración del chico fue un llanto doloroso y sincero, más de una noticia luctuosa que de un gol; el primero y último del curso para el ‘28’ blanco, que parece condenado a un olvido injusto y precipitado. 

Hay que tirar de historia para encontrarle alguna explicación lógica al porqué de un proceso (ascensión y caída) tan brutal. 

El 24 de mayo de 2017, día y medio después de ganar la Liga, el Real Madrid hacía oficial el fichaje de un niño de 16 años a cambio de 45 millones de euros, una operación que parecía casi obscena por esas dos cifras (16-45)… porque, además, iba a dejarlo a buen recaudo (en el Flamengo, su club de formación) hasta que cumpliera los 18.  

 

Lopetegui y Solari

En julio de 2018, se incorporó al club de Chamartín... pero Julen Lopetegui decidió que todavía estaba demasiado ‘tierno’ y alternó presencias con el primer equipo y el filial: en las 10 primeras jornadas de Liga (las que duró el vasco en el banquillo) Vinícius estuvo sin convocar en seis de ellas y apenas disputó 16 minutos, todos saliendo desde el banquillo. 

Esa décima fecha liguera, el 5-1 en el Camp Nou, supuso el despido de Lopetegui y la llegada de Santiago Solari, que había tenido al chico en el Castilla, quien lo subió a la élite:ya en el primer encuentro liguero con los ‘mayores’, el brasileño se ganó a la grada del Bernabéu. El flechazo, un rebote, llenaba anímicamente a una grada que sin haberse disputado un tercio del campeonato ya estaba a siete puntos del Barça: entró en el minuto 73 por Asensio (con 0-0 ante el Valladolid) y un disparo que se iba hacia el banderín de córner rebotó en Olivas y abrió la lata. 

Solari permaneció desde la jornada 11 hasta la 27 y Vinícius estuvo en todas las convocatorias. Poco a poco, su presencia fue de lo único salvable en una temporada que se torció hasta el límite. El chico fue titular por primera vez en la jornada 18 y ya no salió del once. Su primer gol, una volea (jornada 22) ante el Alavés. Su último partido antes de la semana fatídica, el Clásico del Bernabéu (26) que terminó con 0-1 y la Liga (-12 respecto al Barça) definitivamente descartada. 

 

Semana fatídica

Esa semana, el 27 de febrero el Barça asaltó el coliseo merengue (0-3) en una semifinal copera incrustada entre los dos partidos de octavos de Champions. En la ida, el Madrid había ganado (1-2) en Ámsterdam... pero en la vuelta, el 5 de marzo, se produce una de las mayores campanadas en la historia reciente de la Champions: el Ajax consigue un 1-4.  

El pitido final se produce 55 minutos después de que Vinícius haya abandonado el campo retorcido de dolor entre lágrimas: se ha roto los ligamentos del tobillo derecho y estará dos meses de baja. Adiós a su debut con Brasil (Tite lo había convocado para disputar dos partidos a finales de marzo). Adiós a la temporada: el Madrid echa a Solari, su valedor. Adiós a una imparable progresión hacia el estrellato. Adiós a casi todo… 

 

Con Zidane

El sorprendente regreso de Zidane no supone precisamente el cierre del telón para el delantero. En cuanto el brasileño vuelve a estar disponible (jornada 36), regresa a las convocatorias e incluso termina la temporada como titular… condición que mantiene en el regreso de la 19/20. Sin embargo, el paso de las fechas han incorporado intermitencia a sus participaciones: en la sexta jornada marca a Osasuna y llora emocionado, pero ni en la quinta ni en la séptima jugó un solo minuto. 

Es en la octava cuando, por vez primera, se queda fuera de una convocatoria por primera vez en un año (exceptuando las bajas por lesión, claro). En los últimos cuatro partidos de Liga, Vinícius se ha caído de la lista en dos de ellos y ha sido suplente en los otros dos: números similares a lo que llevamos de Champions League, apenas  45 minutos repartidos en tres partidos como suplente, no convocado el día de la goleada al Galatasaray (en la que Rodrygo saludaba a Europa con un hat trick) y no convocado el martes ante el Paris Saint-Germain. 

Vinícius, el muchacho al que el madridismo se agarró el pasado año para no caer en la desesperación, camina con el paso del un cadáver prematuro, de los que la crueldad del fútbol moderno entierra con 18-19 años y demasiadas promesas, demasiadas expectativas, demasiada presión. Recuperar a esa bala que recorría la banda con la ligereza de una pluma es tarea ardua para Zidane, pero si este martes se atrevió con Isco...