"He intentado recoger el sentir del aficionado"

Manuel Espadas
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Alberto Aranda Trujillo (27 de diciembre de 1942, Porzuna), socio fundador del CD Manchego, colabora con 'La Tribuna' desde sus orígenes y es el autor de las 'Cartas a Sancho' que se publican de forma ininterrumpida en este diario desde ha

Alberto Aranda, junto a la escultura de Sancho que preside la entrada al parque Gasset - Foto: Rueda Villaverde

No tuvo una infancia fácil tras el prematuro fallecimiento de su padre. Su madre tuvo que sacar adelante sola a sus cuatro hijos, y esta situación le  llevó a abandonar su pueblo natal, Porzuna, para pasar algunas temporadas en Ciudad Real en casa de sus abuelos. Allí, en la capital, no había mucho que hacer para un niño de 12 años: o pasarse la tarde en los billares de los Jesuitas de la calle Ciruela o acercarse con sus amigos al campo de Educación y Descanso a ver jugar al Manchego. Y el pequeño Alberto prefirió lo segundo, pese a que se las tenía que ingeniar para acceder a la instalación; o le pedía el favor a un adulto o se subía a los árboles para ver el partido desde fuera. Mientras veía jugar al Manchego, sin darse cuenta, se estaba inoculando un gen del que hoy, a sus 76 años, sigue haciendo gala: el mancheguismo.

Ese Alberto niño se hizo hombre. Dedicó su vida a su familia, al equipo de sus amores y a su profesión, maestro nacional, con 30 inolvidables años como docente en El Torno. No dejó de seguir al Manchego, e incluso lo disfrutó ‘por dentro’, tanto como colaborador de medios de comunicación (Radio Popular, Lanza, La Tribuna) como formando parte de la propia directiva. Dejó de pertenecer al club, por decisión propia, en 2004 y desde entonces ha sido su cronista oficioso  a través de las ‘Cartas a Sancho’, que desde hace tres lustros, y sólo interrumpidas por periodos vacacionales, publica en este periódico, convirtiéndose así en una  singular referencia en la historia del fútbol de la ciudad, que está a punto de cumplir 90 años de vida.  

 

¿Cómo nacieron las Cartas a Sancho?

Cuando pertenecía a la directiva del club que surgió en 2000, tras la desaparición del antiguo Deportivo Manchego, surgió un problema con una persona y decidí salir del club. Entonces se me ocurrió seguir hablando de él pero desde fuera, quizás con más ánimos de crítica que otra cosa en ese momento, aunque luego me suavicé mucho. He intentado ser portavoz de mí mismo, dar mi opinión y recoger el sentir del aficionado. 

¿Por qué a Sancho y no a Don Quijote?

Sancho representa al pueblo, la cultura popular, que está más identificada con los aficionados.

¿Alguna carta le ha causado dolores de cabeza?

No, y eso que antes daba mucha caña, sobre todo a los políticos. Recuerdo la época del concejal de Deportes César Manrique, con el que era muy crítico con el estado de las instalaciones. Creo que he tenido la habilidad o la virtud de haber escrito más de 600 cartas y nunca nadie me ha desmentido algo de lo escrito. No me arrepiento de nada de lo que he publicado, porque siempre he buscado la opinión, no la confrontación.

¿Se siente orgulloso de haber recogido la historia de este club durante tantos años?

Para mí es una satisfacción y en cierto modo una alegría haber escrito tal número de cartas, y siendo un poco egoísta puedo decir que no habrán ido tan mal los tiros cuando después de tantos años me siguen guardando un hueco los miércoles en este periódico. 

Seguro que hay pocas personas más mancheguistas que usted. ¿Quién es la que más?

Sin duda, el que fuera presidente, Manuel Navarro. Cuando desapareció el antiguo Deportivo Manchego fue como si perdiera a un hijo. Llevó un dolor que no se lo deseo a nadie. Tuvo que presidir el club en las épocas más difíciles y tuvo que enterrarlo.

¿Tuvo que ser muy duro vivir aquel 31 de julio de 2000, el día de la desaparición?

Fue un día increíble. Eso fue para vivirlo. Recuerdo esa gran foto que publicó La Tribuna con el presidente, Manolo Navarro, cerrando la puerta de la sede de la plaza de San Francisco. Fue muy doloroso para todos.

¿Qué prevé escribir en sus futuras cartas? ¿Hacia dónde irá este Manchego?

Ciudad Real es una ciudad de servicios, con poca posibilidad económica para hacer un proyecto deportivo ambicioso, y así es imposible plantearse nada, y más si la afición no responde. Creo que la directiva actual está realizando una labor encomiable. 

¿Hasta cuándo habrá Cartas a Sancho?

Mientras me queden ganas y fuerzas; hasta que me muera. A veces cuando llega el momento de escribir la carta me cuesta, pero cuando termino de escribirla me quedo muy a gusto. Es algo que me llena.