5.000 voces feministas

Hilario L. Muñoz
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La capital cierra en la plaza Mayor una jornada de protestas y movilizaciones en toda la provincia al reunir más de 5.000 personas en una manifestación en la que las mujeres han reclamado «todo»

Un domingo feminista en Ciudad Real - Foto: Tomás Fernández de Moya

La marea violeta volvió a ocupar todo el centro de Ciudad Real como cierre a un 8 de marzo reivindicativo en toda la provincia. La Coordinadora local Feminista reunió a más de 5.000 personas, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno, en una manifestación con salida desde el parque de Gasset, más organizada que en años anteriores, con un recorrido más ampliado, con gritos y reivindicaciones más pactadas y hasta performance interiores para dar voz a cada uno de los aspectos del feminismo. El único pero de la protesta es que hubo menos gente que el año pasado, la cifra oficial fue entonces de 8.000 personas, quizás influenciada por la multitud de actos que hubo en la mañana del domingo en municipios, quizás porque fuera día no laborable o quizás por el coronavirus que marca toda la agenda pública.

«Queda mucho por hacer. Muchas veces nos preguntan que si no tenemos bastante y tenemos que gritar que ‘no’, que lo queremos todo» se escuchó en el manifiesto que se leyó en la plaza Mayor, como una muestra de ese feminismo que está en la batalla laboral y en la legal pero también en la social, en la privada y en la pública, en la nacional y en la  internacional. Fue un grito para pedir la igualdad más absoluta, toda la igualdad. «Somos la vanguardia de un movimiento que mueve masas y debemos seguir el movimiento que hicieron nuestras madres y abuelas. Por eso debemos poner ese granito de arena para hablar de todo, porque el feminismo tiene que abarcar todos los ámbitos de la vida», explicaba antes de la concentración Geraldine Peco, del Colectivo Espinas, una de las siete organizaciones que conforman la coordinadora integrada además por Aproi, ARBA, Asamblea Feminismos, Plataforma Abolicionista, Fundación Secretariado Gitano y Usawa. «La igualdad no está conseguida y queda mucho por conseguir y vemos con preocupación que hay movimientos que insisten en volver atrás, por lo que es importante que la gente salga a la calle», indicaba Fátima Móndejar, de la Plataforma Abolicionista.

Ese debate sobre el feminismo y sus reclamaciones se observó en una manifestación que estuvo encabezada por la misma pancarta de cada 8M desde hace años, ‘Si nosotras paramos, se para el mundo’, y tras ellas aparecían representantes de Feminismos, Feministas de Pueblo, Espinas, Mujeres del Mundo o  de partidos políticos como PSOE, IU y PCE así como CCOO. Entre medidas también estuvieron Gitanas Feministas, la Plataforma Abolicionista o un colectivo que planteaba incluir el debate de la prostitución y de las mujeres presas. 

La protesta.

Dentro de la marcha había un hueco entre la cabecera y la segunda pancarta, en recuerdo de las mujeres asesinadas, las 1.046 que lleva España, y que deberían estar en la protesta. Durante la manifestación, de hecho, hubo una performance con un cadáver mientras que quienes las portaban gritaban uno a uno el nombre de cada mujer que ha sido asesinada por un hombre este 2020. 

En las pancartas este año hubo muchas dedicadas a las mujeres científicas, alguna dedicada a la pionera Margarita Salas, fallecida el año pasado, y en los gritos se escuchó nada más arrancar la protesta el ‘Sola, borracha, quiero llegar a casa’, el grito contra la violación y que ha centrado buena parte de la polémica en España estos días. 

Entre los asistentes a la protesta estuvo la consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, quién manifestaba que las mujeres socialistas son hermanas de las mujeres que «están sufriendo trata para vender y comprar su cuerpo; hermanas de las mujeres y niñas que por serlo sufren la vulneración de derechos humanos en el mundo, mucho más gravemente que los hombres; hermanas de tantas mujeres que tienen que tomar la decisión en su vida de dedicarse a su carrera profesional o a la maternidad, y hermanas de todas las mujeres que quieren tener las mismas oportunidades que los hombres». «No nos escondemos, gritamos, salimos con nuestras banderas para decirle a toda la sociedad que estamos unidas», dijo la alcaldesa, Pilar Zamora, también presente en la protesta.

Mientras, el Grupo municipal Popular apeló a la unidad de toda la sociedad para garantizar la igualdad real, «un fin que nos compromete a todos, con independencia de nuestro sexo, edad, condición u orientación política», indicó en un comunicado, en el que recordó que su portavoz, Francisco Cañizares, y varias concejalas, al término de la protesta, incidieron en la importancia de defender la libertad y la dignidad de toda persona, como titular de derechos y deberes, y abogaron por la equiparación plena de oportunidades y la articulación de las herramientas que hagan posible que toda mujer logre conquistar las metas que se proponga.

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Al final de la concentración hubo doble performance con el baile de las protestas en Sudamérica El Violador eres tú y después el canto del Bella Ciao Feminista, antes de la lectura de un manifiesto que apeló a un feminismo integrador con «los varones aliados». «No buscamos una sociedad segregada por sexos», se dijo, a la vez que se reivindicaba un «movimiento feminista internacional», en esa petición de un feminismo integrador y capaz de estar a la vanguardia del debate social. «Por nosotras, por nuestras hijas, por nuestras nietas, por las que asesinaron, por todas gritemos: «El futuro será feminista o no será», fue el grito final de la protesta.