2,1 millones para evitar roturas en el emisario general

Hilario L. Muñoz
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El Consistorio planifica una obra en siete meses con jornadas de 16 horas y solo los días en que la previsión de lluvias sea del 0%

Emisario de Ciudad Real. - Foto: Aquona

Muchos vecinos de Ciudad Real recordarán la imagen de garajes y trasteros anegados por las aguas fecales de Ciudad Real. Era el año 2005 y el emisario general registró una rotura que supuso que las aguas fecales subieran a la superficie. La rotura supuso un agujero de siete millones de euros de inversión para su arreglo de emergencia y 29 más para las cuentas la capital, 58 si se suma la aportación de municipios limítrofes, para cambiar por completo cómo se gestionan las aguas residuales, con una nueva EDAR y el desdoblamiento del emisario para mancomunar la gestión de las aguas. Para evitar esa imagen, y con un aporte de dinero aún mayor, el Ayuntamiento tiene previsto acometer dos obras en los próximos meses en la parte que no se tocó en su momento: el emisario hasta ese desdoblamiento y el colector donde vierten las casas y las lleva hasta el emisario.

La primera de estas obras, ya en licitación, busca la reparación del emisario general para la que se han destinado 2,1 millones de euros, con el objetivo de que no se repita lo ocurrido en 2005. Se trata de una tubería construida entre 1950 y 1960, que arranca desde la ciudad y que llega hasta la caseta de desdoblamiento. Son unos 2,8 kilómetros que circulan paralelos a la N-430, y que presentan desgaste en 1,1 kilómetros. En el proyecto hay un informe emitido por Aquona en diciembre de 2020 donde se apunta que hay una zona que «presenta deficiencias estructurales muy graves» y que «ya se ha empezado a hundir». «El hundimiento parcial o total de dicho tramo significaría que Ciudad Real y Miguelturra no podrán evacuar sus aguas residuales de forma correcta y, por lo tanto, un grave problema para el funcionamiento normal del sistema de saneamiento». Implicaría repertir la historia del año 2005.

Desde el Ayuntamiento se ha trabajado estos meses «en las labores previas para realizar la obra dentro del emisario», recordó la portavoz del equipo de Gobierno, Mariana Boadella. «Se trata de una infraestructura a reparar mientras está en funcionamiento», por lo que se propone hacer un bypass, para que las aguas circulen por la parte alta del emisario y se pueda trabajar en la zona baja de la tubería. La operación supone «reforzar la estructura del emisario con un gumitado, desde dentro de la propia tubería se proyecta hormigón», para lo que se busca una empresa especializada.

La urgencia de las obras lleva a planificar un proyecto en siete meses, con jornadas de 16 horas, en dos turnos, «para afectar lo mínimo e, incluso, se plantea la opción de trabajar de noche, ya que la carga del emisario de aguas es menor». Además, al trasladar tanto las aguas fecales como las de lluvia solo se podrá trabajar «aquellos días en los que según la Aemet el riesgo de precipitación sea del 0%», se indica en el proyecto. «Siempre tiene que haber trabajadores fuera», dijo Boadella, donde habrá que intervenir en los accesos. La parte más difícil del trabajo se encuentra desde la conexión del emisario de Miguelturra con el de Ciudad Real, el tramo donde ya se ha empezado a hundir la bóveda, se indica en el informe de Aquona.

Hay que tener en cuenta que son dos millones de euros en una obra que nadie de Ciudad Real verá, «pero si fallara el emisario sí que notaría». «Esto es como la salud porque cuando va bien no se ve», dijo Boadella, recordando el hundimiento del año 2005 y que supuso durante la primera de las intervenciones «siete millones de euros» de inversión. «No reparar y dejar que el emisario enferme, haciendo la comparativa con la salud, es mucho más caro», señaló la portavoz, porque «es más caro curar cuando se está enfermo, que cuidarse cuando se está sano».

Tras esta actuación hay una segunda inversión prevista que implicará actuar en el colector de la capital. De momento esta obra está en fase de proyecto para arreglar «la parte interior de la ciudad» de este emisario. Se trata de la tubería que recoge las aguas residuales de los hogares y las conduce hasta la gran tubería que lleva los residuos a la estación depuradora. «Será una obra aún más compleja, porque en el emisario solo hay una conexión, con Miguelturra, pero en la ciudad hay cientos de conexiones con esa tubería». El proyecto está en fase de planificación y supondrá, de nuevo, invertir «en una infraestructura que no se ve».