La región, pionera en recuperar la perdiz roja autóctona

Redacción
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La granja cinegética que la Junta de Comunidades tiene en Chinchilla de Montearagón es un centro de referencia en la recuperación de una especie muy apreciada. En la actualidad se cuenta con 850 parejas reproductoras y 7.500 perdices rojas puras.

Ejemplar de perdiz roja autóctona. - Foto: José Miguel Esparcia

La perdiz roja silvestre y autóctona es la reina de la caza menor. Solo la caza de esta especie mueve el 25% de todo el negocio cinegético, calcula la Real Federación Española de Caza. Pero la perdiz roja ibérica escasea. Miles de perdices criadas en granjas se sueltan cada año en cotos y fincas cinegéticas para asegurar una buena población cuando los cazadores acuden. La pega es que no siempre son perdices autóctonas, la preciada Alectoris rufa, sino que en demasiadas ocasiones son híbridos de otras especies de perdices, como la turca (Alectoris chukar) o la perdiz griega. «Nuestra perdiz es mucho más brava, más fuerte, está más adaptada al terreno y se valora mucho más», señalan los expertos que alaban la apuesta que la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente está decidida a hacer para recuperar las población de perdiz roja autóctona.  Dos son las líneas principales de trabajo: la recuperación genética de la especie y la reintroducción de la misma a través de la venta de pollos y huevos a las granjas comerciales.

La granja cinegética que la Junta de Comunidades tiene en Chinchilla de Montearagón, donde se trabaja desde los años setenta en mantener la pureza de esta ave española emblemática, se ha convertido en una pieza clave. Aquí es donde se realiza la recuperación genética de la especie, tras una inversión de 100.000 euros durante esta legislatura para la mejora de las instalaciones, la contratación de personal y la obtención de individuos puros, contando ya en la actualidad con 850 parejas reproductoras y 7.500 perdices rojas puras.

Esta cuantía económica se unirá a los 218.000 euros comprometidos hasta el año 2021 por el Gobierno de Castilla-La Mancha que, según explica Francisco Martínez Arroyo, servirán para que el centro «sea viable» y que contrasta con el «abandono» que sufrieron estas instalaciones durante la pasada legislatura.

El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, recuerda también que la perdiz es un ave esteparia y por ello, dentro de este plan, se prevé también la recuperación de los hábitats propios de la especie.

Esto se consigue, explica, mediante las actuaciones en más de 46.000 hectáreas de Zona Especial de Protección de Aves, ZEPA, para las que se ha puesto en marcha una línea de ayuda a los agricultores de herbáceos de secano de 208,2 euros por hectárea, con una dotación de 47,5 millones de euros en total, con el que se logra un doble objetivo como son mantener la actividad agraria a la vez que se ponen en práctica medidas agroambientales que permitan a la perdiz y otras aves nidificar en estas zonas esteparias.