La IGP alerta de fraudes en la venta de cordero manchego

Ana Pobes
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La Indicación Geográfica Protegida detectó cinco puntos de venta en la región, uno en Alcázar de San Juan aunque no se llegó a denunciar al llegarse a un acuerdo

La IGP alerta de fraudes en la venta de cordero manchego - Foto: PABLO LORENTE

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) del cordero manchego continúa en su lucha por evitar el uso fraudulento de la marca. Y con ese objetivo, el año 2018 lo cerró con cinco casos de uso inapropiado de la marca en Castilla-La Mancha, uno de ellos se registró en un punto de venta de Alcázar de San Juan. El resto, se produjo en Toledo con la detección de un caso y Albacete con tres.

Así lo confirma el secretario técnico de la IGP cordero manchego, Francisco Alfaro, quien, en declaraciones a La Tribuna, señala que en los cinco casos no se llegó a cursar finalmente denuncia tras «subsanarse el error» y llegar a un acuerdo previo entre los propietarios y responsables de los establecimientos con la figura de protección. «Se informó que el producto está amparado bajo una marca, y que para usar dicha distinción tiene que ser producto certificado. Es decir, usaban la marca cordero manchego y el producto no estaba identificado como tal». En este sentido, apeló a la responsabilidad de los comerciantes «para que no sean engañados por sus proveedores, ni lleven a confusión a los consumidores», a los que recomendó que comprueben que el etiquetado es el correcto.

Con los datos sobre la mesa, Alfaro señala que la mayoría de los fraudes «no son malintencionados» sino que en muchos casos se realizan por «desconocimiento» y «falta de información» al considerar que «venden cordero nacido en Castilla-La Mancha y por lo tanto creen que pueden ofrecerlo como cordero manchego», por lo que «nuestra labor es más bien informativa».

Desde la IGP recuerdan que en la Navidad de 2016 se inició una campaña para evitar la estafa y que se prolongó durante varios meses de 2017, tiempo en el que se detectaron muchos más casos de fraude, pero su puesta en marcha supuso un esfuerzo «extraordinario de medios y personal» que «no siempre nos lo podemos permitir, ya que es nuestro propio personal el que lleva a cabo estas inspecciones», argumenta Alfaro. Por ello, desde la IGP apuesta por que «los propios inspectores de sanidad velaran también por los productos castellano-manchegos y vigilaran el mal uso de las marcas de calidad en la venta pero el servicio de inspección de fraude de la Consejería no llega al minorista» Las inspecciones se realizan de forma aleatoria o mediante denuncia previa.

La Indicación Geográfica Protegida trabaja también en el control de producción y mataderos, por lo que «no hay personal suficiente para llevar a cabo inspecciones continuas en los puntos de venta». En este sentido, en relación a nivel de producción no se detectó ningún caso de fraude el año pasado.