El Viña Albali acarició la Copa de España frente a un Barça que necesitó de su mejor versión para adjudicarse el título. Ni un excelente Jaén ni un sobresaliente Movistar Inter habían podido con el conjunto vinatero, que puede considerarse ganador moral y que obligó a un todopoderoso como el Barça a exhibir todo su potencial para remontar en el segundo periodo. El resultado dice que Viña Albali perdió la final, el tiempo terminará haciendo justicia con un equipo que se dejó hasta la última gota de sudor y que acabó extenuado tras impartir una lección magistral de fútbol. Quizá la fortuna que le acompañó en los dos primeros encuentros le abandonó en el segundo tiempo, esos pequeños detalles que deciden estos torneos.

En su primera gran final el Viña Albali mostró un tremendo desparpajo, tratando de tú a tú al Barça, al que asfixió con su presión. La exigencia física obligaba a rotaciones muy cortas, mientras el cuadro azulgrana se mostraba tremendamente incómodo, hasta el punto de que su técnico tuvo que parar el choque en el minuto 11. El magnífico inicio de los vinateros, incluido intento de chilena de Dani Santos, encontró el premio del gol en un lanzamiento de larga distancia que no supo leer el equipo culé.

Con todos los honores - Foto: Fotos Rueda Villaverde

El Barça era incapaz de superar el entramado defensivo de los azules, que con el balón llegaron a jugar a su antojo, despertando los ‘oés’ del respetable. Hasta el descanso apretó de lo lindo el Barça y apareció el de siempre, Edu Sousa, aunque Nano, con una presión formidable se generó un mano a mano que salvó Juanjo como pudo.

Los azulgrana salieron furiosos al inicio del segundo periodo y un dosparo de Ximbinha que acabó en córner tras tocar en la madera supuso el 1-1, obra de Adolfo tras un garrafal error en las marcas.

Como Valdepeñas nunca se rinde, su respuesta fue fulminante, pero no letal, con una triple oportunidad a bocajarro de Buitre en la que el balón no quiso entrar.

Sí entró un obús de falta directa de Aicardo entre una maraña de piernas que daba la vuelta al marcador. Y el Barça dio otro bofetón con el 3-1, obra de Boyis. Cualquier equipo no se hubiese levantado ya de la lona, pero el Viña Albali, fiel a su carácter, creyó y redujo acto seguido diferencias por medio de un gol de Chino marca de la casa. La locura continuó y el 2-4 llegó tras la aprobación del Sporte Tecnológico tras una posible mano de Marcenio.

Un disparo de Catela a la madera alimentó la fe en una remontada heroica y con juego de cinco Cainan remató al poste. La diosa fortuna había cambiado ya para entonces de bando y la expulsión de Catela terminó resultando la puntilla. Aunque no quiso despedirse el conjunto vinatero sin una última alegría, en forma de gol de Chino, que firmó el definitivo 3-4.