El pintor manchego Sacramento Almansa ha reunido casi una veintena de pinturas en la Galería Artem, obras realizadas a lo largo del último año en las que el color y la abstracción son los elementos determinantes.

La muestra, que permanecerá en esta pequeña sala ciudadrealeña hasta el próximo 7 de marzo, recurre directamente a la expresividad del color directo, sin aparentes gradaciones, aunque el propio artista matiza que es sólo una impresión, puesto que al acercarse a la obra van apareciendo las mezclas y gradaciones cromáticas que escaparon a ese primer análisis.

«Te fijas en las obras desde lejos y ves el color que te atrae, pero párate, entra dentro de las obras, verás como hay muchos matices y no hay un color totalmente monocromo», aunque al mismo tiempo reconoce que en cada caso parte desde «un color puro», relata.

El color es una constante en la trayectoria de Almansa, combinado con el blanco y el negro, sin formas definibles y sin elemento figurativo que sirva de asidero a la mente del espectador. La interpretación de la obra queda así, al simple arbitrio de quien la contempla. En este sentido, reconoció que el visitante «le puede atribuir el significado que quiera, son obras abiertas, que cada persona puede interpretar, como no hay ninguna figuración cada uno pueda imaginar, pero tiene más que ver con lo que cada uno siente».

Las 19 piezas seleccionadas para esta exposición, en formato pequeño, mediano y grande, tienen una gran unidad interna, no hay ninguna desviación del discurso pictórico. En este sentido, el artista comenta: «Siempre he intentado ser coherente con una linea de creatividad y esto es algo que va creciendo».