Mascarón y entierro de la sardina como fin de fiesta

La Tribuna
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El 'Día del Mascarón', que en los últimos años protagoniza la tarde del martes de Carnaval en Manzanares, congregó a más de medio centenar de participantes que llenaron la calle Empedrada de indumentarias de lo más variopinto

Mascarón y entierro de la sardina como fin de fiesta

El ‘Día del Mascarón’, que en los últimos años protagoniza la tarde del martes de Carnaval en Manzanares, congregó a más de medio centenar de participantes que llenaron la calle Empedrada de indumentarias de lo más variopinto. Con el rostro cubierto y la voz cambiada para decir el tradicional «¿A que no me conoces?», gastaron bromas al público durante tres horas. Aunque a las cinco de la tarde, hora de inicio del concurso, había más máscaras que público, la céntrica calle Empedrada se llenó y, sobre todo entre las seis y las siete, se abarrotó para revivir estampas típicas del carnaval de antaño, aquel en el que las máscaras cubrían los rostros y en el que cualquier ripio, toca, cortina o manta servía para disfrazarse. Los ‘mascarones’ fueron de lo más original, dentro de las posibilidades de la temática y del requisito de llevar la cara tapada, desde un elaboradísimo diseño de papel para rememorar la serie ‘La casa de papel’, hasta criadas, un trasero y un sinfín de indefinibles disfraces. El jurado repartió seis premios de cien euros cada uno. Los lograron tres ‘reinas’ del carnaval, con carritos de la compra; un señor con una vara y cierta deformidad corporal; una mujer con la falda elaborada con plásticos de sacos de nitrato; otra con un juego típico de carnaval con un higo colgado de un hilo; una cuadrilla de podadores; y una pareja de mascarones con gran cantidad de trastos viejos. Tal y como indicaban las bases, el jurado valoró en este concurso «el mascarón tradicional de toda la vida». También reconoció el incremento de participación de una iniciativa que, en pocos años, se está consolidando y que rememora el carnaval callejero tradicional que vivieron nuestros padres y abuelos. Este miércoles, el Carnaval de Manzaanres despidió a la Sardina. Pasadas las seis de la tarde, sus restos fueron incinerados junto a la puerta de La Pérgola, toda vez que la lluvia respetó el ‘no entierro’, puesto que éste se suspendió debido a la lluvia que caía sobre Manzanares media hora antes del inicio. La despedida del Carnaval se trasladó a la carpa, donde se repartieron centenares de pastas con la forma de sardina tras un improvisado recorrido en honor a la difunta por los Paseos del Río. La necesaria lluvia no aguó el miércoles de Carnaval pero sí trastocó la programación prevista, lo que originó un entierro de la Sardina «de lo más peculiar», como lo definió la concejala de Festejos, Esther Nieto-Márquez. Ayuntamiento y carnavaleros decidieron a las cuatro y media de la tarde, debido a la lluvia que no paraba de caer desde antes de las dos, suspender el recorrido desde la plaza del Gran Teatro hasta La Pérgola y trasladar el velatorio de la Sardina a la carpa allí instalada, donde se repartieron las pastas con su silueta.

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