Registros que resisten el paso del tiempo

Eduardo Gómez
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La alcazareña Arantxa Muela, varias veces campeona de España y ahora trabajadora en la Federación de Cataluña de Natación, conserva dos décadas más tarde cuatro récords regionales de mariposa

Arantxa Muela (a la izquierda), con dos de sus alumnas. - Foto: LT

Arantxa Muela es una de las mejores nadadoras de la historia en Castilla-La Mancha. De hecho, la alcazareña, de 34 años y afincada en Barcelona desde 2005, conserva aún cuatro récords regionales, que datan entre los años 1999 y 2003, temporadas en las que conquistó varios títulos de campeona de España en la disciplina de mariposa, llegando a participar también en pruebas internacionales. 

Licenciada en INEF, actualmente trabaja para la Federación de Cataluña de Natación, en el área de fitness en la piscina Sant Jordi. Precisamente, la exigencia de compatibilizar sus estudios con los entrenamientos en un deporte tan sacrificado como la natación fue lo que le llevó a la retirada en 2007 tras forjarse un brillante palmarés.

La Federación de Natación de Castilla-La Mancha publicó esta semana en su web los récords regionales más longevos y Arantxa Muela es protagonista de gran parte de ellos. «¡Qué tiempos aquellos! Menudos recuerdos», asegura en conversación telefónica con La Tribuna desde Badalona, donde reside.

La manchega tira de nostalgia y recuerda que su gran explosión llegó en 1999, con 12 años y cuando formaba parte del CN Alcázar. «Fui campeona de España de la Juventud en Valladolid de 100 mariposa y 100 libres», apunta, y a partir de ahí se consolidó como uno de los grandes valores nacionales en mariposa. Así, fue conquistando podios y títulos con el CN Alcázar hasta que en 2002 se marchó becada a la Residencia Blume de Madrid y fichó por el Metropole. Después defendió a otros clubes como Sant Andreu o Mataró, antes de retirarse con apenas 20 años y haber coincidido incluso en sus inicios con Mireia Belmonte. 

Siempre que puede viaja hasta Alcázar, donde residen sus padres y muchos de los que fueron sus compañeros en el CN Alcázar y con los que mantiene contacto. «Es una época que me marcó mucho. Luego, me surgió la oportunidad de irme a Madrid, pude estudiar y no me arrepiento. A veces pienso qué podía haber hecho de haber seguido en la natación. Es un deporte que te exige mucho y al final aposté por estudiar y enseguida me puse a trabajar», relata Muela, que gracias a su profesión sigue muy vinculada a la natación, trabajando junto a los integrantes, por ejemplo, de las selecciones nacionales de waterpolo, natación sincronizada o natación, el deporte de su vida.