La vuelta al cole podría costar hasta 4.200 millones

Agencias
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El sindicato CSIF adelanta que para atender la medida impuesta por el Ministerio de tener 15 estudiantes como máximo por aula habrá que contratar a unos 50.000 profesores interinos

La vuelta al cole podría costar hasta 4.200 millones - Foto: JUNTA DE ANDALUCÁA

Las dudas sobre cómo se encarará el próximo curso académico se solapan cada día con las incertidumbre sobre cómo va terminar el presente. Y ya pensando en septiembre, el sindicato CSIF estimó ayer que el regreso a las aulas con un máximo de 15 alumnos por clase, como sugirió hace unos días la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, tendría un coste entre 3.600 y 4.200 millones de euros porque implicaría contratar a unos 50.000 profesores interinos para atender a todos los estudiantes.

El responsable de enseñanza de CSIF, Mario Gutiérrez, explicó que la propuesta de Celaá se puede aplicar con facilidad en muchas zonas rurales de España, aunque en centros con mayor ratio de alumno por aula obligaría a incrementar las plantillas docentes entre un 10 y un 15 por ciento. «Una estimación que se puede quedar pequeña», apuntó.

El sindicato reclama al Ministerio que planifique con las comunidades autónomas las «medidas preventivas y organizativas» que requiera la vuelta al cole en septiembre ante la «incertidumbre actual». Este próximo jueves, Celaá ha convocado a los consejeros autonómicos de Educación a una reunión de la Conferencia Sectorial donde se abordará este tema ante la situación que ha provocado la pandemia del coronavirus.

Gutiérrez consideró «inadmisible» reducir a la mitad las ratios de alumnos por clase «sin dotación de recursos humanos» ni un aumento de plantilla docente. «La propuesta de la ministra es inasumible y no se puede duplicar el trabajo de los profesores al tener que compartir la actividad presencial en el aula con la enseñanza a distancia», expuso como portavoz sindical.

Para el regreso a las aulas, el colectivo apuesta por medidas como la flexibilización de horarios con entradas y salidas escalonadas, como plantea el Ministerio, pero también la realización de test masivos y prestar atención especial al profesorado de más edad y con patologías previas. «No somos más listos que nadie y no tenemos una solución, pero creemos que esta tiene que llegar hablando», concretó.