Dos guardias civiles salvan la vida a un octogenario

Pilar Muñoz
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Dos guardias civiles relatan cómo salvaron la vida a un octogenario infartado que recibió los primeros auxilios de un joven. «Fue una actuación buena en conjunto».

Dos guardias civiles salvan la vida a un octogenario

No reaccionaba a los estímulos, no tenía pulso, perdió la mirada y estaba entrando en parada cardiorrespiratoria, pero «no perdimos la esperanza en ningún momento»,  relatan a La Tribuna los agentes de la Guardia Civil Antonio Daniel Correa Pérez y Ana Isabel Galván Gómez que consiguieron reanimar a un vecino de Pedro Muñoz de 81 años que había sufrido un infarto.

Ocurrió la mañana del lunes cuando Raimundo estaba tomando un café en el bar Calvario de Pedro Muñoz. El octogenario empezó a sentirse mal, a notar que se le paralizaba el brazo y se desvaneció.

Un joven que estaba en el establecimiento corrió a auxiliarle, mientras los clientes llamaban al 112. Los guardias civiles Ana Isabel Galván y Antonio Daniel Correa estaba en el acuartelamiento recogiendo una denuncia cuando recibieron el aviso. «Nos dijeron que una persona había sufrido un ictus y salimos corriendo hacia el bar. Al llegar un joven había empezado las maniobras de Reanimación Cardio-Pulmonar (RCP) y seguimos nosotros», explica la agente  tras indicar que resultó ser un infarto. Durante 40 minutos estuvieron realizaron la RCP sin parar, relevándose los dos guardias civiles.

La situación era crítica. Cuando llegaron  «la enfermera de guardia del 112 a través del teléfono nos preguntó si reaccionaba a los estímulos, y no reaccionaba, si tenía pulso, y no tenía, estaba entrando en parada cardiorrespiratoria y no podíamos perder tiempo», describen los agentes que dicen que en esos momentos «sólo se piensa en sacar adelante a la persona».

Aunque estaba muy mal «nunca perdimos la esperanza», además Raimundo empezó a reaccionar y   eso «nos animaba». Durante 40 minutos estuvieron realizando maniobras de Reanimación Cardio-Pulmonar y cuando llegó el personal sanitario ya habían conseguido sacarle adelante. A los diez minutos volvió a repetirle, pero de nuevo se logró reanimarle.

Los médicos de Urgencias han  felicitado a Antonio Correa y Ana Galván por el trabajo que salvó la vida de Raimundo. Los agentes están agradecidos y aseguran que lo más satisfactorio de su cometido son los servicios humanitarios. «Forman parte de nuestra labor, en la academia se nos inculca y nos han formado para saber hacer las maniobras de reanimación y otros auxilios», destacan los agentes tras remarcar que «nosotros pusimos nuestros conocimientos  y todo el esfuerzo, y hemos tenido un poquito de suerte, ya que otras veces no es sólo el buen trabajo que se pueda hacer, también que la persona tenga esa fortaleza». No es la primera que se  enfrentan a situaciones de esta naturaleza. Antonio Correa es de Huelva y lleva once años en Pedro Muñoz. Ana Isabel Galván nació en Jerez de los Caballeros (Badajoz) y desde hace 10 años está en Pedro Muñoz. «Es donde me he hecho guardia, donde hemos aprendido muchísimo. Nos sentimos queridos y queremos a la gente de Pedro Muñoz». Los dos son un orgullo para la Guardia Civil.