La quinta ola de la pandemia ya es un hecho, como así lo corroboran los parámetros sanitarios. España, otra vez con más de 250 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, regresaba al nivel de ‘riesgo extremo’, volviendo a los valores del mes de febrero. Pero se trata de una situación muy diferente a la vivida entonces. Este alarmante incremento de positivos, afortunadamente, no se está traduciendo en una mayor hospitalización de pacientes COVID. La mayoría de los nuevos contagiados están siendo jóvenes, un colectivo menos vulnerable al virus que no suele necesitar mayor tratamiento que el que le dispensan en la primera línea de batalla del sistema sanitario, la atención primaria. Una circunstancia que tiene una lectura positiva y otra preocupante: estos enfermos no están necesitando recursos hospitalarios, pero están provocando el peligro de saturación en las consultas de los médicos de cabecera, unos 350 en la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real.
Y es que las agendas en atención primaria están empezando a perder el terreno recuperado durante los últimos meses gracias a la evolución favorable de la pandemia. Los pacientes COVID llegaron a suponer hasta el 80 por ciento de los casos tratados por estos profesionales en los momentos más duros de la crisis sanitaria, pero a esta proporción se le pudo dar la vuelta, coincidiendo con la buena marcha de la campaña de vacunación. Una tendencia positiva que no solo se ha frenado ahora, sino que ya ha empezado a involucionar debido también a la aparición de nuevas variantes del virus, con el perjuicio que ello supone para la atención a otros pacientes con patologías crónicas o dependientes, que necesitan un gran seguimiento médico.
Así se advierte desde la Sociedad Castellano-Manchega de Medicina Familiar y Comunitaria, que advierte que si este aumento en la incidencia de contagios no se frena, la atención primaria se enfrenta otra vez a «una situación límite, con riesgo de no poder dar una respuesta apropiada a los pacientes», según su presidente, Alberto León.
Desde este colectivo no se pide un esfuerzo económico a la administración para reforzar la plantilla de médicos de familia para luchar contra esta quinta ola, y en una época del año complicada al coincidir con las vacaciones de algunos de estos profesionales, sino que se hace un llamamiento a la sociedad, especialmente al grupo de edad que está protagonizando este nuevo repunte en la pandemia. «No podemos bajar la guardia y olvidar lo que hemos pasado. Hay que volverse a concienciar de que esto no es un juego. Debemos respetar las medidas que nos están dictando las autoridades sanitarias, para no tener que aumentar recursos públicos que al final pagamos todos», afirma León.
Centros de salud
Desde este colectivo también se pide comprensión a la población que no ha podido asistir de manera presencial a las consultas hasta ahora, instando a la administración a que mantenga la atención telemática en los casos en los que así pueda ser. «Los centros de salud nunca han estado cerrados, pero era necesario optimizar la demanda y el acceso a ellos», aclara León en relación a los mismos.